domingo, 4 de junio de 2023

Maestro Bartolomé y La Reja de la Capilla del Canónigo Becerra, de la Basílica de Santa María de Úbeda

 

Juan Ángel López Barrionuevo


Detalle central de la reja con la inscripción 'Maestro Bartolomé me fecit'


El arte de la rejería tuvo un profundo desarrollo en la decoración de  alhajas y rejerias de capillas religiosas de los templos, constituyendo asimismo el cierre predilecto del espacio reservado formado por el presbiterio y el coro en las catedrales españolas. Su introducción se produce durante la Edad Media, siendo ya notables los ejemplos de rejería gótica con férreos barrotes torsos, con corazones invertidos en sus centros y remates lanceolados. Sin embargo, el siglo XVI será la época dorada de esta manifestación artística, con una intensa evolución tanto técnica como ornamental, trascendiendo la función delimitadora para convertirse en portadores de mensajes iconográficos, doctrinales, heráldicos y representativos.

En Andalucía una de las primeras muestras de la rejería renacentista la encontramos en la catedral de Sevilla. Aunque previamente se contó con el trabajo de Pedro Rodríguez o Francisco Prieto, la ciudad se convierte en un centro de primer orden de la mano del maestro fray Francisco Salamanca, que previamente había trabajado en Burgos, Ávila y Segovia, destacando la reja presbiterial de la iglesia del monasterio de Guadalupe, junto con el maestro fray Juan de Ávila en torno a 1510. Las perspectivas de trabajo en la sede hispalense atrajeron a este espléndido rejero, maestro transicional entre el Gótico y el primer Renacimiento, introductor del balaustre. A su mano se adscriben las rejas del coro y laterales del altar mayor (1518-1523), en colaboración con el conquense Sancho Muñoz (y también Cubillana y Diego de Udobro), mientras que para la de la capilla mayor (1518-1523), según diseño de Bartolomé de Jaén, contó con la ayuda del mentado fray Juan de Ávila, así como para los dos púlpitos de hierro (1524-1533).

 

En Andalucía Oriental va a destacar la presencia del maestro Bartolomé de Jaén (h. 1490-1558), quien, formado con fray Francisco Salamanca, es considerado por Camón Aznar como “uno de los más grandes rejeros de todos los tiempos”. Consta su afincamiento en la capital giennense desde al menos 1513, cuando trabajó la desaparecida reja del coro catedralicio, donde dejaría las también perdidas de las capillas de los Valdotano y del Chantre don Pedro Monroy, atribuyéndosele el Tenebrario y el Cirio Pascual. Para la iglesia de San Andrés de Jaén dejó la espléndida reja de la Santa Capilla (hacia 1517), dejando una notable impronta en toda la provincia, como lo acreditan las rejas del Desaparecido Coro y  las capillas de La Yedra y el arcediano Becerra en la Basílica de Santa María de los Alcázares de Úbeda, la del presbiterio de San Bartolomé de Andújar, y la del coro de la catedral de Baeza, siendo anterior la de la capilla mayor y de su órbita las del Sagrario y sacristía de dicho templo.

 

Capilla del Canónigo Becerra Santa María, años 1920. Archivo PEMA

 

Capillas de San José y De los Becerra. Foto de Fdo. Padilla.

En cuanto Bartolomé de Jaén, o Maestro Bartolomé, Se le atribuye de origen castellana, pero residido en Jaén. De su taller surgieron numerosas obras, algunas de ellas actualmente desaparecidas, y otras aún por documentar, pero todas de considerable calidad artística. Entre 1513 y 1520 centró su actividad en Granada y Jaén, donde realizó, entre otras obras, la reja de la Capilla Real y la de la capilla mayor de la catedral granadina, respectivamente.

En 1523, se reubicó a Sevilla, ante las necesidades del Cabildo de cerrar el altar mayor y el coro de su catedral, para lo cual se contó con el apoyo de los grandes maestros rejeros del momento, y entre ellos Bartolomé de Jaén. Para la reja frontal del altar mayor de la catedral, presentó un proyecto, junto a Diego de Huidobro, siendo elegido el suyo. En marzo de este mismo año, recibió 13.125 maravedís, por el pago de distintos trabajos en el altar mayor de la catedral, si bien la reja no se concluyó hasta diez años más tarde.

Seguramente también se deban a este maestro las trazas de los dos púlpitos que flanquean el altar mayor, ejecutados por fray Francisco de Salamanca entre 1527 y 1531.

Mientras tanto, permaneció en Jaén en varios proyectos para la familia Fernández de Córdoba, hasta que en 1527 se trasladó a Murcia para realizar la reja de la capilla de los Coque, en la catedral. A partir de la década de 1530 hay unos años sin noticias del rejero, por lo que es probable un traslado temporal a tierras castellanas, recuperándose la información en los diez últimos años de su vida. En esta etapa realizó la reja del altar mayor de la catedral de Coria (Cáceres), ejecutada en 1538. No obstante, sería su sobrino el que la concluyera, debido a la ceguera que sufrió en los últimos años de su vida. De hecho, en 1548, en la firma del contrato de la reja para la capilla del chantre don Pedro de Monroy, en la catedral jienense, declaró no poder firmar el documento por carecer de vista.

A lo largo de su vida redactó dos testamentos, en 1547 y 1553; por el último se sabe que vivía en la parroquia de Santa María, zona cercana a la catedral y probablemente era soltero, ya que no se menciona a su mujer ni a ningún hijo como heredero, sólo a unos sobrinos, dos de los cuales formaban parte de su taller de rejería, y a una sobrina que casó con otro rejero.

Por lo tanto, la fecha de su muerte debe girar en torno a la realización del último de estos testamentos.

 

 

En cuanto a La Capilla de los Becerra de la Basílica menor, antigua colegial Santa María de Úbeda, se funda en 1505 por Don Pedro Becerra, arcediano de la Santa Iglesia de Jaén y tesorero de la Colegial de Úbeda. La reja que la cierra se atribuye al maestro Bartolomé, como ya hemos indicado.

Las fotografías que comparamos, gentileza de José Luis Latorre Bonachera, representa el paso de Adán y Eva por el paraíso hasta su expulsión del mismo y la condena al trabajo y a dar a luz con dolor. De izquierda a derecha, el nacimiento de Eva, la tentación del árbol, la expulsión del paraíso, la muerte de Abel a manos de Caín y la condena al trabajo y al dolor.




Asimismo en la capilla de los Becerra de la Colegial de Úbeda, sobre el friso de la puerta se decora un grupo formado por una Virgen envuelta en pesado ropaje cuyo manto le cubre la cabeza, y rodeada por cuatro ángeles, dejando un hueco a la izquierda ocupado por el blasón de Don Pedro Becerra,

Hoy día para contemplar la escena completa hay que irse a la vecina Iglesia de San Pablo[1] y a su capilla de los Merlines porque, como se comprobará, las figuras de Adán y Eva han desaparecido y sólo queda el árbol, también la figura de Abel y la de Adán trabajando la tierra. En San Pablo toda la escena se encuentra completa y restaurada en el año 2000, por la Consejería de Cultura.

Capilla Merlines. Iglesia de San Pablo de Úbeda. Foto de Merino Laguna


Por último, cabe decir que la Reja de la Capilla de los Becerra, le hace falta una buena restauración, pero eso es otra historia…

 

Bibliografía consultada:

La rejería en la Andalucía de la Edad Moderna  José Policarpo Cruz Cabrera

http://www.alva-promace.com/UBEDAAYERYHOY.htm

https://dbe.rah.es/biografias/62782/bartolome-de-jaen

 https://www.granadahoy.com/ayer_y_hoy/reja-capilla-real-500-anos_0_1339666021.html



[1] En la reja del siglo XVI. En la calle central de la rejería, la expulsión del Paraíso. Abajo se representa la escena del abrazo de Santa Ana y San Joaquín delante de la Puerta Dorada y la historia de Adán y Eva.

Según se desprende del testamento del canónigo, que fue de la Colegial de Santa María, Francisco Martínez Merlín, hecho en 1568, en el que mandó ser enterrado en San Pablo, en la Capilla que allí edificó Diego Merlín, su abuelo. Dejó memorias y mandas en la capilla y ordenó que se pusiese una reja de hierro igual a la que puso el arcediano Pedro Becerra en su capilla de Santa María, siendo su voluntad que en medio se pusiese la imagen de la limpia Concepción de Nuestra Señora y a los lados sus armas. No debió cumplirse la voluntad de canónigo pues la reja de hierro que hoy existe se articula en tres calles y horizontalmente en tres pisos. Queda rematada por un copete en el que figura un escudo heráldico sostenido por dos muchachos semidesnudos, con armas desconocidas hasta el momento.

Sin embargo, si retorna asuntos presentes en rejas de la Colegial de Santa María. La centrada sobre la puerta, representando el abrazo de San Joaquín y Santa Ana ante la Puerta Dorada, imita claramente el mismo trasunto de la reja de la Capilla de la Yedra; en el tercer piso, donde figura la historia de Adán y Eva desde el momento de su creación hasta el de la materialización de la maldición bíblica, toma escenas de la mencionada reja de los Becerra.

Sus autores serían Miguel del Puerto y Juan Álvarez de Molina según se deduce de un poder para pleito que el también rejero Francisco Ballesteros, en nombre de la viuda del primero, otorgara en Junio de 1573.

 

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