Construido en
el siglo XVI, es uno de los edificios más bellos de la Úbeda. Conocido como El
Escorial de Andalucía, es otra de las obras del arquitecto Andrés de Vandelvira
y mezcla los estilos castellano y herreriano. Iniciado en 1562, su construcción
fue finalizada en 1575. La capilla, antesacristía, sacristía y escalera están
adornadas con unas obras murales que enriquecen la arquitectura del edificio,
todo un placer para la vista que dejará ensimismado al observador. En cuanto la capilla ofrece gran originalidad
debido a su planta en forma de H, con las dos torres desplazadas al centro de
la iglesia. A los pies se sitúa el coro alto, siguiendo el modelo de iglesia de
los Reyes Católicos. El mencionado coro de la capilla sobre el atrio, poseía
azulejos en el pavimento, realizados por típica cerámica ubetense y perdida en
la última restauración realizada en el edificio.
Desde el día 7 de Abril de 1990 y
después de más de 5 años de rehabilitación, el viejo edificio Hospitalario hace
las funciones de Palacio de Congresos y Exposiciones. Convirtiéndose en un gran
centro cultural de la provincia de Jaén y de Andalucía.
A mediados de la década de 1980,
se hizo en la mencionada intervención una
aberración. Un grave error histórico, conceptual y de restauración: fue
completar hasta terminar en pico el tímpano del frontón que remata a la
iglesia. El arquitecto que hizo esa intervención se tomó la licencia de
"terminarlo", creyendo que el tímpano en forma de trapecio que dibuja
la cornisa no era correcto y que estaba incompleto (o por lo menos no al gusto
contemporáneo). Le enmendó la plana a Vandelvira y a las proporciones del
patio. Un grave error de lectura y que demuestra una vez más el escaso control
que se efectúa en las intervenciones del patrimonio jiennense.
Anterior a la última restauración
de la fachada superior de la capilla del Hospital de Santiago, se apreciaba
que partir de la parte superior del
frontón trapezoidal salía un faldón de tejas y ya en un plano posterior
aparecía el testero de la cubierta de la nave.
Este hábil e inteligente recurso lo hace
Vandelvira precisamente para introducir las torres dentro del patio y que no se
vea el pico de la cubierta. La constatación de este factor (además de encontrar
fotos del patio cercanas anteriores a los años 80) es, además, muy fácil: basta
con tapar con una hoja ese nuevo tímpano y darse cuenta que la composición
desde dentro del patio funciona mucho mejor. Hay que destacar que este aspecto
visual, basado en la perspectiva, que era inminente en todos los trabajos del
renacimiento, se hace siempre pensando en la altura del viandante o espectador
los arquitectos renacentistas para componer lo hacían teniendo en cuenta esa visión,
jamás la visión lejana o de alzados frontales que estamos acostumbrados a
valorar.
El frontón trapezoidal es un recurso
manierista que Vandelvira empleó para valorar y meter mejor dentro de la visual
y de la composición del patio las dos torres posteriores (que eran una novedad
en las iglesias del momento). Con la línea horizontal del tímpano, las torres
traseras cogen protagonismo y se introducen en el patio. Es un recurso
claramente manierista, no un olvido de Vandelvira (si hubiera sido un olvido o
se hubiera dejado sin completar no habría cornisa en la parte superior del
trapecio). Al completar el tímpano en la actualidad la jerarquía se invierte,
el triangulo central es más grande y ocupa una posición preponderante con lo
que las torres pierden importancia (aparecen un triangulo y otros dos más
pequeños detrás) se rompe la unidad compositiva y la jerarquía original.
Esperemos que algún día en una nueva intervención alguien se percate de esto y
vuelva a su estado original esta bella fachada.
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