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Arriba dos aspectos de las Ruinas de Madre de Dios en los años 1940; fotos de la Revista Vbeda; sobre esta lineas detalle de los restos de la cupula barroca destruida en los años setenta del siglo XX; foto. El hoy de las ruinas del antiguo Santuario es poco
esperanzador, nadie se acuerda de estas ruinas y tras el paso de los años cada
vez desaparecen más piedras, y el entorno se ha convertido en un vertedero
incontrolado de basuras y escombros, siendo un fiel reflejo en el estado de
abandono en el que se ha convertido también la ciudad Patrimonio de la
Humanidad de Úbeda.
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Seis meses después de crearse en la redes sociales el grupo y
plataforma Salvemos San Lorenzo, para la pronta rehabilitación y puesta en
valor del citado templo, y que gracias a ello se ha emprendido propuestas en el Parlamento Andaluz y en el Ayuntamiento
de Úbeda, para que se llegue a un acuerdo entre Obispado y Administraciones,
para Salvar San Lorenzo de su ruina, abandono y posterior puesta en valor, como
centro cultural.
En el siglo XIX desaparecieron la mayor parte de todas las Ermitas de la
ciudad, abandonadas o directamente destruidas. Llegaron al siglo XX –en buen
estado– las ermitas del Pilar, de Madre de Dios y la de San Bartolomé. Las dos
últimas son ya pura ruina.
La de Madre de Dios, que alzó íntegra su fábrica tras la Guerra Civil, En 1944
se inician en el Santuario obras para transformarla en Casa de Ejercicios
Espirituales cuando estaban muy avanzadas las obras se paralizan y el ambicioso
proyecto no llegó a ser una realidad.
Posteriormente fue dinamitada por el párroco de Santa Teresa
–previa autorización del obispo de turno– a finales de los setenta, (aunque
sobre esta triste historia hay muchas interpretaciones, de si fue legal o no
esta voladura,…) para aprovechar las piedras de Madre de Dios, para rehabilitar la Ermita del Pilar. Desaparecieron
entonces su espadaña, la bóveda, la mayor parte de la cúpula, las hospederías.
Sus paredes resisten entre montones de escombros y alguien bastante más astuto
que nuestros responsables políticos –cosa, por otra parte, nada difícil– se ha
ido llevando sus rejas, sus escudos, sus partes más valiosas: aún se conservan
las molduras barrocas de las pechinas de la cúpula porque nadie ha podido
arrancarlas, no porque haya interés en protegerlas. Aunque, el elemento más importante
que conserva la fabrica del Santuario, es la fachada de la iglesia. Con portada de arco de medio punto, hornacinas en el cuerpo
superior con pilastras jónicas y dóricas y con frontón partido en cuyo interior
estaba el escudo del obispo fray Benito María. A los lados de la portada
ventanas con pilastras dóricas y frontón partido. Así, el Santuario formaba
ángulo a uno y otro lado de la fachada, dejando un gran patio cerrado por alta
pared, en cuyo centro se abría la puerta
de entrada, frente a la fachada de la iglesia.
El hoy de las ruinas del antiguo Santuario es poco
esperanzador, nadie se acuerda de estas ruinas y tras el paso de los años cada
vez desaparecen más piedras, y el entorno se ha convertido en un vertedero
incontrolado de basuras y escombros, siendo un fiel reflejo en el estado de
abandono en el que se ha convertido también la ciudad Patrimonio de la
Humanidad de Úbeda.
En este grupo se propone, en primer lugar recuperar
del olvido las Ruinas de Madre de Dios del Campo.
Segundo, que el entorno de las Ruinas y los mismos Vestigios
de Madre de Dios, se limpien de escombros y basuras. Además se plantea a que se restaure y proteja los
restos del inmueble de Madre de Dios y por ultimo sacar a luz los restos arquitectónicos
de la iglesia que se encuentran bajo los escombros.
El Santuario de Madre de Dios del Campo, al igual que la Iglesia de San
Lorenzo o la Ermita de San Bartolomé, forma parte de la Lista Roja de
Patrimonio.
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