jueves, 29 de junio de 2023

EL RELOJ MUDO DEL PATIO DEL HOSPITAL DE SANTIAGO.

 

Patio  del Hospital de Santiago y Fachada de la Capilla. Foto de Tomi Barrionuevo. En la Actualidad

Juan Ángel López Barrionuevo

A quienes nos ha tocado vivir en el siglo XX, y las primeras décadas de este siglo XXI, nos puede parecer que la medida del tiempo siempre ha consistido en mirar el aparato de mecanismo artificioso que se suele llevar como pulsera. Es un gesto que se ha hecho familiar. Si acaso el reloj se para - cosa muy rara en los últimos tiempos - conectamos la radio. En medio de la programación, entre noticias y música, se oyen varios pitidos breves seguidos de otro más largo. Esa es la hora en punto, exacta, que entrega la señal horaria que trasmite el Servicio Hidrográfico y Oceanográfico de la Armada de Chile

La medida del tiempo y, sobre todo, la utilización de relojes como los actuales se ha logrado tras muchos siglos de trabajos, estudios y de pruebas con aparatos de muy diversos tipo.

Así desde tiempo inmemorial, el hombre ha tratado de contabilizar el paso del tiempo para organizar nuestra vida y ordenar nuestro destino. Las civilizaciones antiguas lo hacían ligándolo a la alternancia del día y de la noche, así como a los ciclos de la Luna. Pero poco a poco el ingenio de nuestros antepasados fue creando aparatos capaces de fraccionar los períodos de luz y tinieblas con exactitud creciente.

Primero fue el reloj solar, que indicaba los momentos del día gracias al movimiento de la sombra del Sol sobre una superficie plana, con un cuadrante. Los arqueólogos descubrieron que los chinos lo usaron unos 3.000 años antes de Cristo, empleándolo también los egipcios y los incas. Claro que éste no funcionaba de noche ni en días muy nublados, y tampoco en el crepúsculo o el amanecer. Además, los cuadrantes tenían que modificarse según las diferentes latitudes terrestres por variar la inclinación de los rayos solares, y la medición en general no era muy segura porque la duración de los días es distinta en cada época del año. Relojes de sol similares lo encontramos en Úbeda, en numerosos inmuebles como el Hospital de Santiago, Convento de la Victoria, Casas del Concejo, Iglesia de San Nicolás, Iglesia de El Salvador…

Alrededor del siglo III de nuestra era, cuando el hombre pudo por fin dominar el arte de la elaboración del vidrio, apareció por fin el hoy famoso reloj de arena, con dos recipientes unidos por una estrecha garganta. La arena debía estar completamente seca y encontrar mecanismos que impidiera humedecerse, puesto que sin estos requisitos el reloj de arena ya no funcionaba normalmente.

Bastante tiempo hubo que esperar para que las maquinarias comenzaran su reinado. Hacia el año 1300 estos mecanismos ya eran habituales en los relojes de algunas iglesias europeas, al punto que el reloj de este tipo más antiguo que se conserva todavía en buen estado de funcionamiento es el de la Catedral de Salisbury, Inglaterra, instalado en el año 1386.

Sin embargo, el reloj de pesas ganaría eficiencia con el descubrimiento de la Ley del Péndulo, enunciada por Galileo Galilei hacia el año 1600. Gracias a esto, el matemático y físico holandés Christian Huyghens aplica el péndulo en los relojes con curva cicloidal en 1650, aplicando este sistema sobre un reloj de pared.

Ya entonces, sin embargo, habían pasado unos cien años desde los primeros relojes a cuerda inventados en la ciudad alemana de Nuremberg, lo que permitía la construcción de relojes portátiles. De esta época viene la fama de Ginebra como célebre centro relojero.
A quienes nos ha tocado vivir en el siglo XX, y a principios de este tercer milenio, nos puede parecer que la medida del tiempo siempre ha consistido en mirar el aparato de mecanismo artificioso que se suele llevar como pulsera. Es un gesto que se ha hecho familiar. Si acaso el reloj se para - cosa muy rara en los últimos tiempos - conectamos la radio. En medio de la programación, entre noticias y música, se oyen varios pitidos breves seguidos de otro más largo. Esa es la hora en punto, exacta, que entrega la señal horaria que trasmite el Servicio Hidrográfico y Oceanográfico de la Armada de Chile

La medida del tiempo y, sobre todo, la utilización de relojes como los actuales se ha logrado tras muchos siglos de trabajos, estudios y de pruebas con aparatos de muy diversos tipo.

Así desde tiempo inmemorial, el hombre ha tratado de contabilizar el paso del tiempo para organizar nuestra vida y ordenar nuestro destino. Las civilizaciones antiguas lo hacían ligándolo a la alternancia del día y de la noche, así como a los ciclos de la Luna. Pero poco a poco el ingenio de nuestros antepasados fue creando aparatos capaces de fraccionar los períodos de luz y tinieblas con exactitud creciente.

Primero fue el reloj solar, que indicaba los momentos del día gracias al movimiento de la sombra del Sol sobre una superficie plana, con un cuadrante. Los arqueólogos descubrieron que los chinos lo usaron unos 3.000 años antes de Cristo, empleándolo también los egipcios y los incas. Claro que éste no funcionaba de noche ni en días muy nublados, y tampoco en el crepúsculo o el amanecer. Además, los cuadrantes tenían que modificarse según las diferentes latitudes terrestres por variar la inclinación de los rayos solares, y la medición en general no era muy segura porque la duración de los días es distinta en cada época del año. Relojes de sol similares lo encontramos en Úbeda, en numerosos inmuebles como el Hospital de Santiago, Convento de la Victoria, Casas del Concejo, Iglesia de San Nicolás, Iglesia de El Salvador…

Alrededor del siglo III de nuestra era, cuando el hombre pudo por fin dominar el arte de la elaboración del vidrio, apareció por fin el hoy famoso reloj de arena, con dos recipientes unidos por una estrecha garganta. La arena debía estar completamente seca y encontrar mecanismos que impidiera humedecerse, puesto que sin estos requisitos el reloj de arena ya no funcionaba normalmente.

Bastante tiempo hubo que esperar para que las maquinarias comenzaran su reinado. Hacia el año 1300 estos mecanismos ya eran habituales en los relojes de algunas iglesias europeas, al punto que el reloj de este tipo más antiguo que se conserva todavía en buen estado de funcionamiento es el de la Catedral de Salisbury, Inglaterra, instalado en el año 1386.

Sin embargo, el reloj de pesas ganaría eficiencia con el descubrimiento de la Ley del Péndulo, enunciada por Galileo Galilei hacia el año 1600. Gracias a esto, el matemático y físico holandés Christian Huyghens aplica el péndulo en los relojes con curva cicloidal en 1650, aplicando este sistema sobre un reloj de pared.

Ya entonces, sin embargo, habían pasado unos cien años desde los primeros relojes a cuerda inventados en la ciudad alemana de Nuremberg, lo que permitía la construcción de relojes portátiles. De esta época viene la fama de Ginebra como célebre centro relojero.

El avance del reloj había sido importante, aunque quedaban cuestiones sin resolver como el desgaste de las piezas y la consiguiente inexactitud en la medición del tiempo. Este aspecto logró ser modificado por Nicolás Faccio en 1704, utilizando rubíes y zafiros como pivotes de los mecanismos de los relojes. Hoy día, contamos con una inusual variedad de tipos y calidades de relojes: artesanales, eléctricos, cronómetros, despertadores, de pulsera, atómicos, digitales, etc.

EL RELOJ MUDO DEL PATIO DEL HOSPITAL DE SANTIAGO.


Por el historiador Gines Torres Navarrete, sabemos que este reloj, proviene de las Antiguas Casas Consistoriales y se supone que se creò tras la edificación del citado inmueble. En 1873 y tras el traslado de las Casas del Concejo al Palacio de las Cadenas; el citado reloj se traslada al frontal de la Capilla del Hospital de Santiago.

En 1980, tras el cierre definitivo del edificio, como casa de caridad y centro religioso; el reloj del patio y las campanas de las torres traseras ya no funcionan, ojalá el actual equipo de gobierno le vuelva dar vida al reloj y a las campanas de las torres de la antigua capilla (hoy auditorio) para que marquen las horas y los acontecimientos culturales que se desarrollan en el antiguo Hospital de Santiago.



Fachada de la Capilla del Hospital de Santiago, antes de su desafortunada restauración. Foto Gabriel Delgado Juan.

El avance del reloj había sido importante, aunque quedaban cuestiones sin resolver como el desgaste de las piezas y la consiguiente inexactitud en la medición del tiempo. Este aspecto logró ser modificado por Nicolás Faccio en 1704, utilizando rubíes y zafiros como pivotes de los mecanismos de los relojes. Hoy día, contamos con una inusual variedad de tipos y calidades de relojes: artesanales, eléctricos, cronómetros, despertadores, de pulsera, atómicos, digitales, etc.

EL RELOJ MUDO DEL PATIO DEL HOSPITAL DE SANTIAGO.


Por el historiador Gines Torres Navarrete, sabemos que este reloj, proviene de las Antiguas Casas Consistoriales y se supone que se creò tras la edificación del citado inmueble. En 1873 y tras el traslado de las Casas del Concejo al Palacio de las Cadenas; el citado reloj se traslada al frontal de la Capilla del Hospital de Santiago.

En 1980, tras el cierre definitivo del edificio, como casa de caridad y centro religioso; el reloj del patio y las campanas de las torres traseras ya no funcionan, ojalá el actual equipo de gobierno le vuelva dar vida al reloj y a las campanas de las torres de la antigua capilla (hoy auditorio) para que marquen las horas y los acontecimientos culturales que se desarrollan en el antiguo Hospital de Santiago.

 

sábado, 24 de junio de 2023

Úbeda 20 Años Como Patrimonio de la Humanidad y Líder en La Lista Roja de Hispania Nostra.

 

¡Estamos de celebración! Se cumplen 20 años de aquel día en que tanto Úbeda como Baeza fueron declaradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, sumándose así al selecto grupo de “Ciudades Patrimonio de la Humanidad de España” al reconocer su gran valía histórico – artística.

 

Como no todos los días se celebra 20 años como una de las Ciudades Patrimonio de la Humanidad, SÓLO, 3 DE JULIO, A partir de ese momento los ciudadanos de Úbeda y Baeza, sentíamos la bella tarea de dar verdadero ejemplo en el cuidado y mantenimiento de la misma y quienes nos visiten, puedan dar fe de que este título hace honor a estas dos ciudades.

DESGRACIADAMENTE.

20 años después, no está siendo así, sobre todo por los colectivos políticos y sociales.  Ya que aún queda, muchos deberes sin hacer, para mejorar y hacer aún más grandiosa esta ciudad de los cerros... que forma ya parte del disfrute de la Humanidad.

Interior de la Iglesia de San Pedro. Foto Gentileza de Agustín Palacios Martínez
Casas de Ferroviarios, Estación del tren de Úbeda linea Baeza-Utiel



He aquí un ejemplo, ya que Úbeda, es líder en la “Lista Roja del Patrimonio” de Hispania Nostra. La ciudad de la provincia de Jaén con más monumentos en ruina.

De los 175 bienes que la Asociación Hispania Nostra señala que están «en riesgo de desaparición, destrucción o alteración esencial de sus valores «en Andalucía y, por tanto, los incluye en su Lista Roja del patrimonio.  Jaén es la provincia andaluza que más Bienes de Interés Cultural (BIC) tiene en la Lista Roja de Patrimonio, con 51, y la cuarta de España en el mismo parámetro.

La capital de Jaén y Úbeda son las dos poblaciones con mayor número de bienes amenazados.

 

Dentro del extenso patrimonio de Úbeda, que celebra su 20 aniversario como Patrimonio de la Humanidad, donde hay más palacios que casas solariegas, no todo está en el estado de conservación más deseable.

 

Con la reciente incorporación del Hospital de San Antonio de Abad (finales del 2022), Úbeda tiene actualmente siete lugares dentro de la Lista Roja del Patrimonio. Los otros seis son el Puente Ariza, la Ermita de San Bartolomé, el Convento de San Francisco de Asís, Estación de Ferrocarril del Baeza-Utiel, la casería Villa Gutiérrez, y la Iglesia de San Pedro, actualmente en riesgo, aunque en diferentes grados. Por otro lado, la Antigua Cárcel del Partido Judicial de Úbeda está en la Lista Negra, que recoge inmuebles retirados de la roja por haber desaparecido, mientras que la Iglesia de San Lorenzo y la Ermita de Madre de Dios del Campo han pasado a la Lista Verde tras la intervención para su recuperación. Esto no es razonable en una ciudad que se jacta de ser Patrimonio de la Humanidad y que encima se enorgullece de ello.

Hospital de San Antonio Abad fechado en el siglo XIII Inmueble Incluido 29 noviembre, 2022. Sin protección. Propiedad Privada.

 


Hospital de San Antonio Abad fechado en el siglo XIII y que se ubica en la calle Afán de Rivera, cerca de la Basílica Menor de Santa María de los Reales Alcázares. Actualmente, según recoge Hispania Nostra, se encuentra en estado de ruina, completamente abandonado y sufriendo un desgaste progresivo. Se aprecian daños estructurales, entre ellos el hundimiento de las cubiertas y cierres. Esto permite la entrada de agua de lluvia, e incrementa el riesgo de desplome.

 

Según el historiador José Manuel Almansa, y en base también a la publicación de Miguel Ruiz Prieto en ‘Historia de Úbeda. Vol. II’ para la Asociación Cultural “Alfredo Cazabán Laguna”, las fundaciones hospitalarias en la ciudad fueron numerosas desde época antigua, y posiblemente existiera una por cada parroquia. El Hospital de San Antón Abad se situaba en la collación de San Lorenzo, y todo parece indicar que la fundación se realizaría durante el reinado de Alfonso X (1252-1284), quien establece una encomienda en el hospital, es decir, sus empleados estaban exentos de impuestos, milicia y otras cargas por privilegio de los reyes de Castilla (lo cual sería refrendado, al menos, hasta el reinado de Felipe IV).

En 1609 aún existía la Cofradía de San Antón, con sede en la iglesia de San Lorenzo, si bien por aquella época la fundación hospitalaria ya no existía (desconociendo cuando se produce su extinción). A partir de este momento, y de forma progresiva, se procedería al desvalijamiento de la institución, pasando sus bienes muebles a la iglesia parroquial (y siendo adquirido el antiguo edificio por parte de la familia Rivera, quienes lo rehabilitarían como vivienda particular). De hospital quedan algunos restos en la calle Afán de Rivera, en deficiente estado de conservación, y ahora el inmueble ha sido incluido en la lista roja del patrimonio, alertando de su necesaria protección y recuperación.

Iglesia de San Pedro de Úbeda (Jaén). Inmueble Incluido Octubre 2022. B.I.C. Propiedad Obispado de Jaén.

 

El templo fue fundado en el recinto intramuros tras la conquista de la ciudad (siglo XIII). El edificio original fue destruido por las tropas de Pero Xil en 1368. Fue reedificado en esa época, y posteriormente remodelado a principios del siglo XVII. Sin embargo, al exterior aún se aprecian algunos elementos tardorrománicos y protogóticos, como serían la portada de los pies y la cabecera.

En 2011, tras el fin de las obras de restauración de la iglesia de Santa María de los Reales Alcázares (de la que funcionaría como parroquia auxiliar), el templo queda totalmente vacío y sin uso, situación que mantiene en la actualidad a pesar del proyecto de recuperación en 2012 como espacio de celebración de actos del palacio-hotel colindante.

La falta de obras de mantenimiento, (ya incluso antes del cierre del templo) y la existencia de filtraciones de agua en los terrenos situados al norte del templo han supuesto la aparición de gran número de humedades, a los que se suman los propios achaques como consecuencia del paso del tiempo. Este estado se va agravando día a día, apareciendo numerosas grietas, vegetación, desprendimientos, etc.



Gracias al empeño que Juan Ángel López Barrionuevo le pone a defender las cosas de Úbeda y al buen hacer de José Manuel Almansa, la antigua parroquia de San Pedro, ha sido incluida en la Lista Roja del Patrimonio que realiza la Asociación Hispania Nostra. El estado de abandono del templo es evidente incluso desde fuera: años llevan abiertas las ventanas sin que el propietario se haya preocupado de ir a cerrarlas para evitar que los palomos, la humedad o el polvo entren a agrandar los daños de una iglesia comida por las humedades provocadas por la piscina del vecino, por poner un ejemplo. ¿Podemos tener esperanzas con respecto a San Pedro? Pocas (Manuel Madrid Delgado).


Casería Villa Gutiérrez de Úbeda (Jaén). Inmueble Incluido Noviembre 2021. Sin protección. Propiedad privada.


Casería Villa Gutiérrez. Foto Jaén Escondida


Tras 50 años de abandono y saqueo, el tejado de la casería Villa Gutiérrez de Úbeda (Jaén) tiene varios agujeros, pero el interior es aún recuperable. En su día, presentaba una escalera exenta, en galería de madera en el patio que ha desaparecido. Actualmente, el torreón está perdiendo las almenas, así como faltan los marcos decorados de las ventanas y el escudo de la hornacina. Tras la inminente pérdida del tejado, es previsible el colapso del edificio.

Por todos estos motivos, la casería Villa Gutiérrez de Úbeda (Jaén) acaba de ser incluida en la Lista Roja del Patrimonio que elabora la asociación Hispania Nostra (www.listarojapatrimonio.org) y que recoge más de mil monumentos españoles que se encuentran sometidos a riesgo de desaparición, destrucción o alteración esencial de sus valores.

 

 

La casería Villa Gutiérrez fue uno de los primeros olivares de la comarca de Úbeda, levantándose este cortijo junto a la almazara en la misma finca, también denominada como “Ana Prieta”. Posteriormente la villa fue ampliada, como reza la azulejería de la fachada, en 1884. El ferrocarril tenía parada frente a la casa, para la exportación de su aceite.

Sobre los años 70, del siglo XX, la finca fue abandonada por sus propietarios, que emigraron a Cataluña y vendida por partes. Actualmente, solo se utiliza como casa de aperos.

La también llamada casería Ana Prieta, por ser esta antes propietaria de la finca, está formada por un conjunto de casona indiana de arquitectura ecléctica, de la época de la construcción del ferrocarril, con torreón medieval, cuadras, almazara, bodegas, una palmera indiana, un reloj de sol de pared, una hornacina gótica y ventanales de vitrales, junto al pintoresco paraje de la desembocadura del río Jandulilla, delante del conjunto arqueológico de Úbeda la vieja.

 

Estación de Ferrocarril de Úbeda. Siglo XX. Inmueble Incluido Noviembre 2020. Sin protección. Propiedad de Adif.

 


La estación de Úbeda formaba parte de la inconclusa línea Baeza-Utiel, que enlazaba Jaén con Valencia y sumaba un total de 366 kilómetros divididos en cuatro secciones.

Según figura en la web de Hispania Nostra, la inmensa estación de ferrocarril abandonada de Úbeda mide 408,93 metros entre el primer y último edificio, ocupa 4,65 hectáreas y se encuentra justo a la derecha del cruce de la carretera JV-3131 (que baja de la ciudad de Úbeda) para enlazar poco después con la carretera A-401. Su construcción está dotada de una gran solidez estructural a base de bloques de hormigón ornamentados por sillería de piedra artificial y vanos de mármol en su planta baja. En el piso superior se utilizó ladrillo caravista con tejados apoyados en forjado de vigas metálicas. En la terminación alta de su fachada principal del edificio de viajeros, tiene como elemento decorativo un frontón trilobulado.

 

Actualmente, aún se pueden apreciar las baldosas de los andenes entre abundante vegetación. La pequeña construcción que albergaba los servicios todavía conserva el techo, pero otros elementos han sido severamente destrozados y pintarrajeados. El edificio de oficinas está en un estado algo mejor. Casi todas sus entradas fueron tapiadas hace tiempo, aunque algunas han sido derribadas de modo que el acceso al interior ha quedado abierto. En el interior, bastante destruido, aún quedan algunas literas oxidadas y restos inservibles de cocinas y baños. Las Casas de los trabajadores se encuentran en inminente estado de ruina, con los tejados hundidos.

 

En cuanto a la Estación, sufre actos vandálicos y se encuentra invadida por la vegetación, lo que está afectando a la cimentación de la misma y a los muros que muestran numerosas grietas.

 

 

Razones de inclusión en la Lista Roja:

 

Posible derrumbe por el mal estado de su cimentación causado por la vegetación que la invade.

 

 

 

 

Convento de San Francisco de Úbeda. Siglos XV-XVIII. Inmueble Incluido Octubre de 2019. Sin protección. Propiedad Privada.



 Fue uno de los más antiguos de la ciudad, ya existía en el S. XVII y en los siglos XV y XVI experimentó fuertes remodelaciones. Desapareció en el S. XIX con la desamortización. En él se estudiaba filosofía y fue el archivo de la ciudad. De él se conserva una portada muy sencilla, con arco de medio punto y en su interior los restos de una capilla de una sola nave. En 1836 se subastó, y desde entonces fue deteriorándose hasta arruinarse, aprovechando su solar para construir casas y un molino de aceite.

La asociación Hispania Nostra, explica en su página web que las ruinas de la iglesia neoclásica paulatinamente se van deteriorando sin que nadie haga nada por ellas. Poco a poco se están cubriendo de vegetación. Recuerda que todavía se conserva una portada "muy sencilla", con arco de medio punto y en su interior los restos de una capilla de una sola nave.

 

Hispania Nostra relata, también, que permanecen importantes restos de la nave de la iglesia conventual, (donde quedan alojadas grandes tinajas de barro), así como parte del perímetro de la clausura, con sus artísticas portadas de estilo grecorromano y algunos arcos de diversas capillas funerarias y enterramientos de la alta nobleza de la ciudad.

 

En el año 2005 se iba a proceder a derribar los restos de su iglesia, muros y portadas, pero gracias al Ayuntamiento de Úbeda se paralizó su demolición y se restauró su entrada principal

El Convento de San Francisco de Asís, en Úbeda, en el listado de patrimonios que corren serio peligro. El Ayuntamiento de Úbeda confirma a este diario que el convento es propiedad de un particular. "Tenía ahí una bodega, pero no queda nada de valor", expresan fuentes municipales.

¿Por qué? Alertan del estado de "abandono" del edificio. "Si no se actúa pronto, corre el riesgo de desaparecer sus interesantes restos ornamentales. En su solar aún se conservan muchos secretos históricos", explica el colectivo Hispania Nostra.

 

Puente de  Ariza. Siglo XVI.  Fecha de inclusión: 21 agosto, 2012. Propiedad: Ayuntamiento de Úbeda. Bien de Interés Cultural.

Puente de Ariza. Foto Oronoz.


 

El puente Ariza es un puente en arco situado en el km 36,147 de la antigua carretera comarcal CC-3217, que une Úbeda con Arquillos, en la provincia de Jaén, en Andalucía.

Fue construido entre 1550 y 1560 según el proyecto del arquitecto y maestro de cantería Andrés de Vandelvira, autor también del Hospital de Santiago de Úbeda, y financiado por el obispo de Jaén, D. Diego de los Cobos y Molina, por tratarse de la principal vía de comunicación entre Úbeda y la meseta. Pertenece al tipo de puentes de bóvedas de gran luz que se construyeron en esa época. De fábrica de sillería con una longitud aproximada de 100 metros y 17 metros de altura en su punto más elevado, con 5 bóvedas de cañón, supera la central los 31 m de luz, poseyendo además una embocadura de doble rosca.

El puente tendría que estar intacto en Úbeda. En 1997 el Gobierno prometió trasladarlo piedra por piedra a unos diez kilómetros al norte de la ciudad de la Loma, en la zona de la ermita de Nuestra Señora de Guadalupe. Se habló de un proyecto que rondaba los casi cinco millones de euros.

Pero nada se hizo. Este deterioro acabará con el hundimiento de este valioso puente si no se retira del lecho del pantano. El fantasma del Vandelvira vive sumergido por el olvido  y emerge cada pocos años para sonrojar a quienes sienten respeto por el patrimonio.

Ahora, el único Bien Cultural de Andalucía que está involuntariamente sumergido, se encuentra en la lista roja del Patrimonio de la Asociación Hispania Nostra, por el deterioro progresivo que sufre.

 

Ermita de San Bartolomé. Úbeda (pedanía de San Bartolomé). Siglo XVII. Fecha de inclusión: 18 enero, 2010. Propiedad: Obispado de Jaén. Sin protección.



 La iglesia de San Bartolomé de Úbeda (Patrimonio de la Humanidad), víctima del abandono y la desidia de sus propietarios. 

El antiguo templo fue reconstruido a principios del S. XVIII, siendo más grande que el anterior y bajo la advocación de San Bartolomé y Nuestra señora de la Blanca. La ermita presenta al exterior un arco de medio punto rematado por una hornacina y al interior se conservan algunas yeserías. El tejado se encuentra parcialmente derruido.

 No sufrió daños durante la guerra Civil de 1936 y se conservó –hasta comienzos de los noventa del siglo XX– tal y como fuera levantada y adornada en el siglo XVIII: con sus imágenes, su retablo, sus cuadros, su clavicordio, sus altares, su lámpara de cristal. Pero lo que resistió al vendaval de 1936 fue destruido poco a poco por la dejadez de una sociedad supuestamente culta. La antiquísima imagen de la Virgen Blanca, la de San José y las cajoneras de la sacristía se las llevó el santero de la ermita, y deben estar aún en su casa de Torreperogil si no las ha vendido a algún anticuario. Ahí comenzó el final de esta ermita. Luego, unos vándalos destruyeron la lámpara, la cancela, el clavicordio del siglo XIX, los altares, los cuadros del retablo. Más tarde el Obispado birló la campana y la imagen de piedra de San Bartolomé de la portada principal: los vecinos pudieron guardar la imagen de San Bartolomé y el sagrario. Nada más.

En septiembre de 2000 aún se conservaban la nave y la cúpula y el camarín de la Virgen, se había derrumbado el coro, pero seguían allí la pila bautismal y el retablo del siglo XVIII, ya mutilado. Nadie hizo nada entonces para evitar el deterioro de la ermita, pese a que se informó de su lamentable estado al Patronato de Cultura. Dos años después –en el verano de 2002– se había hundido la bóveda, la cúpula estaba agrietada, la pila bautismal descansaba bajo un montón de escombros y habían arrancado las cuatro columnas barrocas del retablo, amén de otras piezas más o menos destacadas del mismo. Se volvió a informar al Patronato de Cultura. Se volvió a la ubetensísima postura de no hacer nada. Hoy, la ermita es una pura ruina y nada queda de aquello que Ginés Ruiz levantará en 1727. (Texto de Manuel Madrid Delgado).

 

Próxima a la ermita se sitúa un pequeño oratorio donde se veneran las imágenes modernas de San Bartolomé y Nuestra Señora de la Blanca.

 

«Son sólo algunos ejemplos de los 55 BIC en peligro que hay por toda la provincia y sería difícil de entender por la ciudadanía que los Ayuntamientos no presentaran solicitudes para intentar conseguir estos fondos del Ministerio y que pueden suponer una subvención de hasta el 100% del importe necesario para recuperar y conservar el patrimonio histórico y cultural provincial.

viernes, 23 de junio de 2023

El Estilo PLATERESCO en Úbeda; EL PALACIO DE LA CALLE MONTIEL

 

Juan Ángel López Barrionuevo



 

 

El Plateresco es un Estilo protorrenacentista que surge a comienzos del siglo XVI y que mezcla rasgos del gótico final con otros más propios del Renacimiento, como el arco de medio punto, la pilastra, la columna o el balaustre, y el candelieri o el grutesco. Por lo general, la plateresca forma conjuntos no demasiado armónicos en portadas y ventanas, que llaman la atención por sus suntuosas superficies labradas, que imitan el trabajo de los orfebres y que sirven para acuñar el nombre de "plateresco".

El foco plateresco más importante de Andalucía se sitúa en el antiguo reino de Jaén y su inicio se puede situar en torno a 1515. En la iglesia de San Andrés de Baeza se encuentra uno de los ejemplos de portada plateresca más temprana, en la que sin abandonar recursos góticos como la molduración de las arquivoltas de los arcos y el empleo de la crestería, se utilizan columnas superpuestas completamente labradas para enmarcar la puerta de medio punto. Otros ejemplos tempranos de plateresco se sitúan en la cercana Úbeda, tanto en edificios civiles como religiosos. La traza de la portada de la iglesia de Santo Domingo, realizada entre 1522 y 1525, se le atribuye a Diego de Alcaraz, a quien también se le atribuye toda una serie de portadas del plateresco ubetense, como la decoración exterior de la Casa de las Torres,  Casa de la Calle Gradas y la casa de la calle Montiel

El Palacio Plateresco de la calle Montiel de Úbeda

También conocido como Palacio de Torrente. Laínez Alcalá -en su Guía de Úbeda- fecha su construcción hacia 1510. Moya Idígoras, por el contrario, retrasa su datación cronológica entre 1512 y 1520.

De esta fachada afirmó Moya Idígoras en su discurso de ingreso en la Real Academia de Bellas Artes en 1923: «La composición está enmarcada por dos altas columnas torsas coronadas por gárgolas. La crestería, por su hechura y por los flameros que la flanquean, acusan también la nueva corriente artística, y lo mismo ocurre con los entablamentos todavía reducidos a cornisa, pero observándose ya sus líneas inspiradas en el arte clásico, así como en las columnas divididas en anillos y cubiertas de arabescos de escaso relieve, con capiteles, basas y molduras en que se ve la adaptación del romano.

La disposición y forma de la puerta no mente castellanas; pero lo que da la notación, es el doble hueco del piso alto con por airoso pináculo, contiguo a la pilastra de separación y los paños de los huecos en forma de concha, constituyendo tal disposición una particularidad propia de la localidad»

Detalle de la Fachada Plateresca de la Calle Montiel Foto Universidad de Sevilla


 

 

Gracias a los últimos estudios de Juan Gabriel Barranco Delgado, acerca de este edificio, sabemos: <<El Palacio Plateresco de la calle Montiel, debido a que a la cartela del escudo de la portada le fueron raspadas las armas no he podido aclarar quien fue su fundador. No obstante, prescindiendo de los fundadores yo voy a dar a conocer a otros poseedores posteriores que yo he hallado.

El propietario más antiguo que he encontrado de este antiguo inmueble es don José María Messía Chacón, el del Palacio de los Messía de la calle Trinidad, este lo vendió el día 16-12-1791 a don Pedro Javier Maroto de Rivera y Moreno de Villena, Regidor de Úbeda en 1800. Legajo 2224 folio 768 vuelto.

Diré que en tiempo de esta compra Pedro Javier vivía en la “Casa del Blanquillo” pues según el contrato hallado la tomó arrendada el 5-6-1786. A.H.M.Ú., F.P.N. legajo 1471 folio 340.

Siguiendo la genealogía que de la familia Maroto hizo Ginés Torres Navarrete en su “Historia de Úbeda en sus documentos”, tomo II, vemos que a Pedro Javier Maroto de Rivera y de la Peñuela, Regidor de Úbeda en 1800 le heredó su hijo:

Manuel Maroto Afán de Rivera y Angulo, conocido también por Manuel Florencio Maroto de Rivera Padilla Angulo Benavides y de la Peñuela, declara en su testamento que tenía tierras en Torreperogil y Cabra de Santo Cristo y que casó dos veces. De esos enlaces tuvo ocho hijos pero el que heredó el palacio de la calle Montiel fue:

Pedro Javier Maroto de Rivera y Moreno de Villena, Regidor de Úbeda en 1800 Nació en Úbeda en 1742 y casó en Sabiote el 14-7-1766. Este señor declara que poseía varios vínculos y mayorazgos. De los seis hijos que tuvo le heredó:

Manuel Maroto Montesinos y Jalón de Tejada, Maestrante de Ronda en 1793 que casó en Arjonilla con doña Feliciana Serrano y Serrano, poseedora de seis vínculos. Estos tuvieron seis hijos siendo Antonio María el que heredó el palacio. Otro de sus hermanos don José Maroto Serrano, por motivos políticos se hallaba exiliado en París en 1843, allí con el nombre de José Anastasio de Ribera se casó con doña Amalia Rencé de Brieÿ, Vizcondesa del Fresno y Condesa de Landres. Después cambiaron su residencia a Córdoba y allí tuvieron una hija a la que llamaron Anastasia Maroto Brieÿ. Ya en Úbeda el día 15-5-1856 mandan un poder a un notario de Paris “para que le enviase los 1.000 francos que tenía depositados en el Banco de París”. A.H.M.Ú., F.P.N, legajo 2116 año 1856 folio 98.

Volviendo al edificio diré que Antonio María Maroto y Serrano acosado por las deudas el día 27-1-1863 vendió el palacio a don Francisco Antonio Torrente Relimpio y Maldonado, Abogado, Juez de Primera Instrucción y Secretario del Ayuntamiento de Úbeda. Dice el contrato que la fachada del edificio estaba en estado ruinoso. Por lo que el actual estado de los laterales de la artística fachada se debe al señor Torrente. A.H.M.Ú., F.P.N, legajo 2177 folio 33.

Don Francisco Antonio Torrente Relimpio de Maldonado casó con doña Nicasia Piñera Díaz y como no tuvieron descendencia el edificio lo heredó el 15-8-1907 el sobrino de su mujer don Antonio Saro Piñera. La escritura dice que la casa tenía una paja de agua del minado público. Legajo 2508 folio 926.

Después de la guerra civil el Estado compró el edificio y lo destinó para hogar de niñas huérfanas denominado Hogar Infantil “Beatriz Galindo”. Este centro según vemos en la revista Vbeda nº 7, ya funcionaba en 1950. Allí se acogieron entre sesenta y ochenta niñas huérfanas internas que eran atendidas por las Hermanas de la Caridad de San Vicente de Paúl, las cuales las cuidaban, educaban y daban enseñanza escolar primaria.

En 1983 la Junta de Andalucía adaptó el edificio para Residencia de Personas Mayores y allí estuvieron hasta 2007 que inauguraron la nueva residencia de la Avenida de Linares>>.

 

Por último cabe destacar que en su fachada, se encuentra plenamente configurado el esquema de portada plateresca ubetense, compuesta por un gran arco de medio punto en el cuerpo inferior y doble ventana separada por columna, a modo de parteluz, en el superior. Ambos cuerpos aparecen enmarcados por columnas adosadas, con una profusa decoración de grutescos.

Sobre el arco se representa la figura de un salvaje barbado, elemento muy común en las portadas platerescas de la ciudad, y dos medallones con la representación de la Caridad y la Virtud.

martes, 13 de junio de 2023

El Antiguo Palacio De Fernando Ortega Salido, (Actual Parador Del Condestable Dávalos).

 

El palacio, antes de ser parador de turismo. Años veinte del siglo XX, de Archivo Mas. Foto gentileza Gabriel Delgado Juan 

En la plaza Vázquez de Molina de la ciudad, está enclavado este magnífico palacio, que perteneció a don Fernando de Ortega Salido, canónigo-deán de la catedral de Málaga y primer capellán de la Sacra Capilla del Salvador. También fundó este personaje para su enterramiento la bella capilla de la Purísima Concepción de la iglesia parroquial de San Nicolás de esta ciudad.

 

          Según nos relata el investigador en heráldica Barranco Delgado “Don Fernando Ortega fue el hombre de máxima confianza de don Francisco de los Cobos. Por ese motivo cuando este fundó la capilla familiar titulada también de la Purísima Concepción en la parroquia de Santo Tomás Cantúrriense le nombró capellán de la misma. Igualmente lo nombró administrador de todos sus bienes y le encomendó la dirección de las obras de la Sacra capilla de El Salvador. Terminadas las mismas quiso que fuese su capellán mayor como así su albacea testamentario.

 

          A la muerte de don Fernando, este palacio pasó a su sobrino don Andrés de Ortega Cabrio y Magaña, perteneciendo en propiedad de esta familia hasta el año 1831, en que fue vendido por don Juan Nepomuceno Ortega Cabrío y Benavides a don Ángel Ezequiel Fernández de Liencres y Pando, I Marqués de Donadío, el cual para dejar constancia en este edificio de su hidalguía montañesa, mandó borrar las armas del escudo principal para en su lugar grabar las de los Fernández de Liencres”.

 

          Precisamente casi cien años después de 1831, se adapta el edificio como hospedería con el nombre de Parador Nacional “Condestable de Dávalos”, un importante personaje de la historia de España, “privado” del rey Juan II, nacido en esta ciudad que, si bien no vivió en el palacio en el que se asienta este Parador, sino en otro cercano, recibió su nombre en memoria de una de las personalidades más ilustres de Úbeda.

 

 Puerta lateral del Parador Condestable Dávalos, mediados del siglo XX, Foto Gabriel Delgado Juan..

          En noviembre, de este año 2023 se cumple el 93 Aniversario de la inauguración en este palacio renacentista del Parador de Turismo, Condestable Dávalos, uno de los más antiguos de la geografía española, si bien el cuarto (El Parador de Gredos, en la provincia de Ávila, fue el primer parador de la red. Los siguientes en abrir sus puertas fueron la Hostería del Estudiante en Alcalá de Henares y el de Ciudad Rodrigo (Salamanca) en 1929, los de Oropesa (Toledo) y Úbeda (Jaén) en 1930 y el de Mérida (Badajoz) en 1933.). Además de este Parador Nacional de Úbeda, la provincia cuenta con otros dos, el de Cazorla y el de Jaén. Actualmente existe un proyecto, por parte del Gobierno Central de abrir otro en la Fortaleza de la Mota de Alcalá la Real.

         

          En los últimos años, el edificio que alberga el Parador de Úbeda, ha sido ostentosamente mejorado. Unos de los proyectos de este Parador, ante la demanda de turismo que llega a la ciudad, es la ampliación del mismo. Así, hace unos años se compró unas casas en frente del antiguo palacio del Deán. Aunque actualmente, este proyecto está paralizado, ya que, gracias a la corporación municipal del ex Alcalde Marcelino Sánchez, debido a que en estos terrenos se han encontrado los irrevocables restos de lo que estuvo llamado a ser el Palacio de Rodrigo de Orozco y la trama urbana medieval que lo rodea. Y decimos que estuvo llamado a ser porque no consta que las obras se acabaran jamás. Por el contrario, construido a escasos metros de la quebrada muralla, los restos arqueológicos permiten afirmar que en un momento indeterminado se resolvió enterrar conscientemente las obras inacabadas junto con los de la muralla. La pregunta, ¿El nuevo gobierno municipal, tiene en mente, alguna intención de poner en valor este lugar arqueológico?... Se podía urbanizar esta zona, para el disfrute de la ciudad, recuperando parte del palacio enterrado y de la muralla. ¡Y cómo no!, seguir con el proyecto del parador, de ampliar sus instalaciones.

 

           

Restos Arqueológicos del Palacio de Rodrigo Orozco, Foto gentileza de Antonio Jiménez Lindez

Escalera Principal. Foto gentileza Gabriel Delgado Juan

    

          Apegado a la Sacra Capilla Funeraria de El Salvador, capilla y palacio juntos, conforman entre ambos, un peculiar juego espacial y arquitectónico entre una de las torretas y tribunas de la iglesia, y la recortada esquina de la fachada del Parador, con el característico y ubetense balcón en esquina. Característica española de situar cercana a la iglesia, la casa eclesiástica.

 

 

 

El palacio, antes de ser parador de turismo. Años veinte del siglo XX, de Archivo Mas. Foto gentileza Gabriel Delgado Juan

Fuente Wikipedia

lunes, 12 de junio de 2023

La Peculiaridad De La Calle De Las Parras

 


Palacio de los porceles. Rincón en la calle "Las Parras". Foto Gentileza de Gabriel Delgado Juan

Un paseo por las auténticas calles de Úbeda mostrará tanto al visitante como al ciudadano, ciento de casas con blancas fachadas que se mezclan a la perfección con la esplendorosa arquitectura palaciega del siglo XVI. La singular calle de las Parras, sita en el popular barrio de San Pablo, es un bello ejemplar, que comienza en la calle Ventanas y termina en el Real

 

          Sabemos expresar, que, a ciencia cierta, las encaladas casas que pueblan esta calle, es uno de los rasgos más emblemáticos de la ciudad, que se hace más encantadora al visitante, en cada uno de sus pequeños rincones populares y recatados. 

 

          Como ya he expresado antes, la recatada calle de las Parras, se encuentra situada en el viejo y popular barrio de San Pablo, un barrio donde de una manera más clara se puede apreciar las características de un trazado urbano medieval, bien conservado hasta nuestros días y sin cambios importantes. (Esperando y deseando que dure mucho más tiempo intacto). La impronta de la herencia hispano musulmana se manifiesta en una estructura que tiene como base, pequeñas manzanas irregulares y un entramado de calles estrechas y callejuelas, a veces laberínticas.

 

          Estas calles son un laberinto levantado siguiendo las pautas del urbanismo islámico. Así Úbeda es una bella localidad, situada sobre las plateadas lomas de los olivares, que se reinventó respetando las huellas de su pasado, convirtiéndose así en una grácil estampa italiana entre olivos. En estos rincones es fácil encontrar cientos de pequeñas viviendas que pasan los días al amparo de las grandes construcciones palaciegas.

 

          El pedagogo Juan Ramón Martínez Elvira, fue el primer elogiador de esta calle, en su trabajo: “Historia de las Calles de Úbeda”. Publicado en la desaparecida revista “Gavellar”…

 

          En esta calle que se conservan bellas reliquias de arquitectura, encontramos a su derecha las bocacalles de la  popular calle Roque Rojas más conocida como Sabanillas y Horno de San Pablo, mientras que por su izquierda hallamos la del Obispo cuevas y tres callejones sin salida. Martínez Elvira sugiere que: …testimonian la intrincada disposición de trazados propia de épocas pretéritas…

 

          Si descendemos la calle, a nuestra derecha encontramos en la recién rehabilitada casa núm. 27, en su portada una cruz sobre peldaños. En la portada del núm. 19, podemos apreciar  que lleva siete dovelas en su dintel y una cruz flordelisada en la clave. La casa núm. 17 apreciamos en su portada los Monogramas de Jesús y María. En su interior según no manifiesta Martínez Elvira había en su interior unos arcos túmidos. Ya como patrimonio perdido de esta calle, citar una sobria fachada de cantería que daba frente a la calle Roque Rojas.  

 

          Ascendiendo la calle, encontramos en la acera de los  números pares, el núm. 6. Con una bella fachada de cantería con portada estilo castellano, en cuyo balcón de moldurada repisa sobre cuyo hueco se labra un escudo. Barranco Delgado nos sugiere que este bello escudo pertenece a la Santa Inquisición. (Que según mi opinión poco tenía de Santa). La portada se cierra con un bello frontón partido. Más arriba, en el núm. 16, la Casa de la Solidaridad, donde encontramos otra bella portada; fechada en las primeras década del 1500, de estilo plateresco, con balaustres y ornamentación vegetal  propios del estilo. Remata esta portada una bonita y tradicional reja ubetense.

 

          En la misma acera, hallamos una plazoleta, donde se halla la ruinosa mansión solariega; mal conocida por los nombres de Palacio de los PORCELES O DE GESTAS. Barranco Delgado nos dice: …Este interesante palacio renacentista mal llamado de los Porcel, fue edificado entre los años 1610 a 1620 por don Fernando Messía Salido y su esposa doña María Antonia Dávalos Orozco y Serrano, poseedores ambos del segundo mayorazgo fundado por don Diego López Messía y San Martín y doña Beatriz Núñez salido de Zambrana…

 

          …Anterior a la construcción de esta fachada manierista, la casa tenía la entrada por la calle trasera, lo que dio motivo a que esa vía conocida hoy por calle Ginés Gómez recibiera en los años de 1574 a 1615 los nombres de los poseedores de este mayorazgo: Pedro Messía Salido, Fernán Messía Salido y Pedro Messía Dávalos…”

 

          Lo más interesante es su fachada que sigue esquemas vandelvirianos, con portada adintelada decorada con elementos geométricos y columnas toscazas. Sobre esta se abre un balcón central flanqueado por sendas esculturas, que según Montes Bardo representan a  Apolo y Mercurio. En su día estos tenantes sustentaron la heráldica de la familia. Se cierra la fachada con ventanas rematadas con frontones rotos y heráldica. Su interior conserva un bello y típico patio renacentista. Todo el inmueble necesita de una urgente restauración. Aún sigue siendo casa de vecinos.