domingo, 23 de diciembre de 2012

ÚBEDA LAICA SALVEMOS SAN LORENZO ¿CÓMO Y PARA QUÉ?

 
Ante la manifiesta pasividad de nuestros administradores locales, un colectivo de ubetenses se está moviendo para que el deterioro de este edificio se remedie y la imagen de la ciudad, vista desde el sur, recupere su entrañable y característico aspecto.

Considerado así no podemos sino valorar como loable este empeño. Lo que si convendría aclarar es el cómo y el para qué de dicha salvación, pues aún está fresco en las mentes de todos el larguísimo y costoso episodio restaurador de Santa María.

El templo de San Lorenzo, como Santo Domingo a tan solo unos cientos de metros, permanece cerrado al culto desde un tiempo casi inmemorial. Ambos han tenido algún uso civil (taller de escultor el primero, sala de exposiciones culturales el segundo). En ese sentido surgió una propuesta hace unos años, recogida en el formulario de la Declaración de nuestra ciudad como Patrimonio Mundial, para que el edificio de la singular espadaña (otrora más vistosa) alojara un centro de interpretación de la obra de Muñoz Molina y de otros destacados escritores ubetenses como Salvador Compán, Jesús Maeso de la Torre, etc. Pero en contra de esta iniciativa surgió el interés puramente económico y la irresponsabilidad cívica (no responder ante la comunidad) de su propietario, la iglesia católica. Tratemos de explicarlo.

Esta institución privada detenta, y acrecienta últimamente, su vasto patrimonio a través de las llamadas inmatriculaciones. Esta figura consiste en apropiarse por las buenas de bienes comunales o públicos no registrados por la intervención de los obispados, a quienes el gobierno Aznar había conferido la competencia de fedatarios públicos. De esa manera la iglesia ha escriturado a su nombre fincas varias. De todas ellas cabría destacar la mezquita de Córdoba por el “cuantioso” precio de treinta euros que importó la citada inmatriculación para sí.

En cuanto a San Lorenzo, como decimos cerrado al culto, ha servido como un bien especulativo al obispado de Jaén, ya que pidió a Úbeda, a través de su ayuntamiento, una cantidad que a éste le pareció excesiva. Pero, al mismo tiempo que retrasa el momento de que este bien pase a ser de todos los ubetenses, se niega a atender sus responsabilidades como cualquier vecino con relación a su casa o propiedad, y más aún en cuanto que estamos hablando de edificios monumentales catalogados, responsabilidades que no son otras que cuidarla para evitar daños a terceros, mantenerla y pagar los impuestos (IBI) para el cívico sostenimiento de los gastos del común.

Por todo ello, Úbeda Laica, apelando al sentido aconfesional del estado, se pronuncia en contra de los privilegios que, de manera ilegal, a la iglesia se le están alentando y por encima de los recortes económicos que se están infligiendo a servicios esenciales para los más desfavorecidos.
Es, desde estas consideraciones, como este colectivo se suma al conjunto de la ciudadanía para SALVAR SAN LORENZO.

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