ÚBEDA LAICA SALVEMOS SAN LORENZO ¿CÓMO Y PARA QUÉ?
Ante
la manifiesta pasividad de nuestros administradores locales, un
colectivo de ubetenses se está moviendo para que el deterioro de este
edificio se remedie y la imagen de la ciudad, vista desde el sur,
recupere su entrañable y característico aspecto.
Considerado así no
podemos sino valorar como loable este empeño. Lo que si convendría
aclarar es el cómo y el para qué de dicha salvación, pues aún está
fresco en las mentes de todos el larguísimo y costoso episodio
restaurador de Santa María.
El
templo de San Lorenzo, como Santo Domingo a tan solo unos cientos de
metros, permanece cerrado al culto desde un tiempo casi inmemorial.
Ambos han tenido algún uso civil (taller de escultor el primero, sala de
exposiciones culturales el segundo). En ese sentido surgió una
propuesta hace unos años, recogida en el formulario de la Declaración de
nuestra ciudad como Patrimonio Mundial, para que el edificio de la
singular espadaña (otrora más vistosa) alojara un centro de
interpretación de la obra de Muñoz Molina y de otros destacados
escritores ubetenses como Salvador Compán, Jesús Maeso de la Torre, etc.
Pero en contra de esta iniciativa surgió el interés puramente económico
y la irresponsabilidad cívica (no responder ante la comunidad) de su
propietario, la iglesia católica. Tratemos de explicarlo.
Esta
institución privada detenta, y acrecienta últimamente, su vasto
patrimonio a través de las llamadas inmatriculaciones. Esta figura
consiste en apropiarse por las buenas de bienes comunales o públicos no
registrados por la intervención de los obispados, a quienes el gobierno
Aznar había conferido la competencia de fedatarios públicos. De esa
manera la iglesia ha escriturado a su nombre fincas varias. De todas
ellas cabría destacar la mezquita de Córdoba por el “cuantioso” precio
de treinta euros que importó la citada inmatriculación para sí.
En
cuanto a San Lorenzo, como decimos cerrado al culto, ha servido como un
bien especulativo al obispado de Jaén, ya que pidió a Úbeda, a través de
su ayuntamiento, una cantidad que a éste le pareció excesiva. Pero, al
mismo tiempo que retrasa el momento de que este bien pase a ser de todos
los ubetenses, se niega a atender sus responsabilidades como cualquier
vecino con relación a su casa o propiedad, y más aún en cuanto que
estamos hablando de edificios monumentales catalogados,
responsabilidades que no son otras que cuidarla para evitar daños a
terceros, mantenerla y pagar los impuestos (IBI) para el cívico
sostenimiento de los gastos del común.
Por todo ello, Úbeda Laica,
apelando al sentido aconfesional del estado, se pronuncia en contra de
los privilegios que, de manera ilegal, a la iglesia se le están
alentando y por encima de los recortes económicos que se están
infligiendo a servicios esenciales para los más desfavorecidos. Es, desde estas consideraciones, como este colectivo se suma al conjunto de la ciudadanía para SALVAR SAN LORENZO.
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