jueves, 22 de marzo de 2018

Visita al Torreón del Santo Cristo de Úbeda.






Visita al Torreón del Santo Cristo de Úbeda, en la mañana del jueves 22 de marzo, en la calle Cava.

Este torreón, al que se le da el nombre de Torre del Santo Cristo, fue rehabilitado hace 10 años junto al paño de muralla anexo a él, para acoger el Centro de interpretación de la muralla de Úbeda. Junto a él también se ha encontrado y restaurado una escalera que permite subir a lo alto de la muralla (está en la parte de atrás del torreón).

Los árabes, a partir del siglo IX, amurallaron y encastillaron Úbeda. La mezquita aljama se construyó en el solar que hoy ocupa la colegiata de Santa María: el zoco, en la plaza del Mercado: sus arrabales más característicos eran los actuales barrios de San Millán, San Pablo y Santo Tomás. Su trazado viario se definía por grandes ejes radiales que comunicaban la medina con las puertas de acceso a la ciudad. Las calles y adarves eran de trazado irregular, las casas se apiñaban, las murallas no eran muy elevadas pero estaban defendidas por torreones macizos y, en el casco histórico, se emplazaba un sólido alcázar dotado de mezquita mayor y palacio para el gobernador.

Las murallas árabes fueron devastadas por Alfonso VIII quien, tras la victoria de las Navas de Tolosa, cercó y tomó la ciudad; los almohades reconstruyeron las defensas recreciendo torres y muros que más tarde serían de nuevo restauradas por la nobleza cristiana en su estrategia de dominar el territorio comprendido entre el Guadalimar y el Guadalquivir y controlar las accesos a Sierra Morena y Levante.

El recinto murado estaba vertebrado por impresionantes puertas que abrían o cerraban el paso a otras ciudades. Entre ellas se cuentan la Puerta de Quesada o Arco de Santa Lucía, que conserva el aparejo de la época califal; la Puerta de Granada, con elegante arco de doble punto con dovelas: la más monumental, la Puerta de Sabiote, también llamada del Losal, de origen almohade aunque reeconstruida en el siglo XIV en estilo mudéjar, con doble arco de herradura apuntado de grandes dovelas que apoya sobre columnas octogo­nales y enmarca un amplío alfiz; la Puerta de Toledo, con doble acceso y fuertes muros coronados de almenas; y, defendiéndola, la Torre del Reloj, originada del siglo XIII aunque reformada en el XVI, dotada de campanario para anunciar grandes eventos; la Torre Octogonal, la única albarrana del recinto murado, levantada por los musulmanes y remodelada en el siglo XV; el Torreón del Santo Cristo, de grandes dimensiones y planta cuadrada; la Puerta de Bahud, junto a la Fuente de la Saludeja; la Puerta de la Cava, la de la Calancha...

Al finalizar la Reconquista, el recinto fortificado perdió su originaria función castrense y se inicio su abandono y deterioro. Durante el reinado de los Reyes Católicos se demolió el alcázar árabe. Los peores daños vendrían ocasionados por el ejército invasor de Napoleón y las necesidades expansivas derivadas del crecimiento demográfico y urbano del siglo XIX. El Plan Especial de 1.986 incluye la recuperación del viejo recinto medieval de murallas y torres.

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