La Recoleta Iglesia de San Millán de Úbeda; en Buenas Manos;
Uno
de esos testigos que conforma la ciudad de los Cerros, es la Ilustre Iglesia de
San Millán. Sus muros también descubren otros aspectos desconocidos que a
simple vista no observamos, la memoria de un pueblo; la crónica de las
grandezas y miserias de una ciudad.
La Recoleta Iglesia de San Millán de Úbeda; en Buenas Manos; Gracias a la labor de la Cofradía de Nuestra Soledad; por
cuidar de este popular templo; en estos últimos años han realizado un gran trabajo para mantener este bello edificio en buenas condiciones; el próximo trabajo; la restauración de la Torre de la Iglesia;...
El
historiador Lázaro Gila Medina nos expone acerca de esta torre: “… nos
encontramos ante una torre, donde para su primer cuerpo se aprovechó una
construcción anterior –tal vez una torre adelantada de la musulmana muralla-,
mientras el segundo fue creado y hecho en época posterior, marcándose la
separación entre uno y otro a través de una amplia moldura en formas de
caveto...”
Por lo tanto, la torre de San Millán[1], es
el campanario más antiguo y humilde de Úbeda; una original torre que merece ser
restaurada y así ponerla en valor y uso para la cultura ubedí.
Según Ginés Torres Navarrete; dándose a
contar bien la historia, “…Úbeda extiende su caserío hacia levante y
aquí se alzó la Merced con sus comendadores y la cercana
Plazoleta de los Olleros donde se asomaron los muros del camarín de la
Soledad. San Millán, que llegó a tutear a la Colegial, extendió su
jurisdicción más allá del grandioso Santuario de Madre de Dios del
Campo, dando abrigo al más viejo de los oficios de la humanidad. San
Millán, historia y laboriosidad…”
La torre de San Millán
llora de pena
cuando se va la Virgen
hacia la cuesta.
Y a sus campanas,
les ordena que toquen
a genérala.
.
-No te me vallas,
que si te vas, entonces,
¿quién te acompaña?
La torre de San Millán
tiembla de
espanto
cuando el
Stabat Mater
vienen
tocando.
Y a su
veleta,
con el arco
del viento
muda en saeta
<Clava tu
flecha,
que mientras
tú te clavas
ella se
queda>
La torre de
San Millán
Al costalero,
le regala los
aires
que hay en su
alero.
Por eso
corre:
porque tiene
pulmones
de piedra y
bronce.
<! Ay,
costalero, tráeme pronto a mi virgen
Que aquí la
espero!>
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