La antigua iglesia parroquial de
Santo Tomás Cantúriense. La desaparecida iglesia de Santo Tomás, de la
que milagrosamente se han salvado sus restos arqueológicos, gracias a la
anterior corporación municipal encabezada por Marcelino Sánchez, tras la
desaprobación del proyecto de construcción de viviendas sociales realizado en
1998, se alzaba junto al callejón Navarro. El historiador Miguel Ruiz Prieto, nos
relata que a fines del siglo XIX “…un paredón circular se mantiene en pie a
través del tiempo… indica al curioso el emplazamiento de esta antigua iglesia…
“que era espaciosa y tenía tres naves y muchas capillas laterales. Aunque la
hemos visto en pie, nos recordamos el orden de su arquitectura; por referencias
sabemos que era un hermoso templo de tres naves y que había en él obras de
mucho mérito”. La iglesia comenzó arruinándose a mediados de la década de 1830.
Por Cazaban se sabe que “…la parte que se conserva del edificio es la magnífica capilla contraída por la familia
Cobos… Al lado de la derruida capilla… hay restos de construcción diferente a
la capilla…” Y Pasquau añade…” hasta 1951 quedaban algunos vestigios, cuyas
ruinas fueron arrasadas para construir en su aplazamiento –por iniciativa del
Alcalde don Pedro Sola- viviendas sociales”. Resulta incompresible que casi ni
un solo investigador o curioso realizase un solo plano, croquis o fotografía.
Solo se conserva una fotografía de una derruida capilla del templo. Esta foto supuestamente
muestra la portada de la Capilla de los Cobos. En la década de los cincuenta
fue desmontada, para ser trasladada a otro lugar. En los inicios de la década
de los ochenta del siglo XX, bajo dirección de Rafael Vañó Silvestre en la
restauración de la iglesia de Santo Domingo de Silos, esta citada portada es
montada junto a otras dos, en el antiguo
coro del templo a los pies del mismo. No es este solo el único vestigio de la
iglesia de Santo Tomás.
En 1995, se demolieron las viviendas apareciendo restos
arqueológicos del templo, meses después los investigadores Ruiz Fuentes y
Almagro García realizan un completo trabajo sobre los restos arqueológicos
aparecidos, este mismo trabajo es publicado en Ibiut.
En 2002, se realizan otra vez obras arqueológicas, que bajo un metro
de escombros de la antigua iglesia, sobre los mismos se alzaba las casas
sociales, se encuentra el suelo y la cimentación. Se descubre además parte del
ábside, embaldosado y gradas de la capilla mayor, un horno de alfarería, restos
de varias portadas de capillas y criptas, así como una escalera de caracol. En
el Desaparecido Museo Abierto del Renacimiento (Cripta Palacio de las Cadenas), podemos observar un escudo
procedente de una capilla fundada por la
familia, según Torres Navarrete, Mateo Sánchez de Segura en este templo. Así en
el Museo Arqueológico también podemos ver piedras talladas procedente de este
templo, encontradas por Pepe Muros.
El pasado 26 de noviembre de 2003, los investigadores Vicente Miguel
Ruiz Fuentes y Antonio Almagro García, dieron una interesante charla
conferencia en la Casa Mudéjar, sobre este emplazamiento.
Las ruinas de Santo Tomás Jose Manuel Almansa MorenoProgresivamente el centenario templo se fue arruinando hasta quedar totalmente olvidado. Los pocos elementos que aún se conservaban -como era la supuesta Capilla de la Concepción o de la familia Cobos- fueron traslados a la iglesia de Santo Domingo, igualmente clausurada, en donde se pueden contemplar. Hace un par de décadas, en un intento de hacer viviendas sociales, aparecieron las ruinas del templo (concretamente su ábside, restos de alguna capilla y parte de su torre); igualmente aparecieron algunos de sus elementos ornamentales, que actualmente se conservan en el Museo Arqueológico de la ciudad. Emplazado en pleno casco histórico, la Gradeta de Santo Tomás sólo es conocida por la existencia de dos casas judías; sin embargo, allí están las ruinas de la iglesia que le da nombre al lugar, delimitado por un sucio muro de bloques de hormigón que da una imagen de olvido a este lugar. Esperemos que pronto se actúe en este lugar y se ponga en valor este lugar, tal y como ha hecho la Escuela Taller en Baeza con las ruinas de San Juan Evangelista (salvando las distancias y evitando los excesos constructivos). Delimitar el lugar con muros de piedra y verjas de forja, limpieza y excavación del solar, y adecentamiento general sería suficiente para que todos, visitantes y locales, puedan disfrutar de este lugar y un trozo de la historia de nuestra ciudad. |
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