Iglesias de Santa Clara y la Santísima
Trinidad de Úbeda; Sus Desaparecidos Retablos Mayores de Estilo Barroco.
Desaparecido Retablo Mayor de la Iglesia de la Santísima Trinidad. Año 1910. Foto Talavera |
Altar mayor de una iglesia de Toledo tras ser profanado en 1936. EFE |
La destrucción supuso una
importante pérdida para el arte de nuestro país, perdiéndose para siempre obras
de incalculable valor como un Crucificado de Pedro de Mena en la malagueña iglesia
de Santo Domingo o un lienzo de San Sebastián en el Seminario de Málaga, obra
de José Ribera ‘el Españoleto’, la Transfiguración de Berruguete de Úbeda. Otras,
dañadas dramáticamente tuvieron que ser restauradas al concluir la Guerra
Civil, como es el caso del Alcázar de Toledo. La enemistad hacia la clase
religiosa resultó de fatales consecuencias no sólo para la vida de muchos
religiosos, sino que la furia iconoclasta nos hizo perder para siempre tallas o
monumentos que ahora puede que tan sólo queden en algunas fotografías en blanco
y negro.
A la izq. iglesia de Baena (Córdoba). A la derecha, iglesia gótica de Usagre (Badajoz). Profanadas, saqueadas e incendiadas. Foto gentileza: https://www.persecucionreligiosa.es/images/toledo_cmartir/martirio_sagrado/index.html |
A continuación muestro la
relación de arte que fue dañado o destruido en nuestra Úbeda al igual que la
centenaria Semana Santa de la ciudad, de sabor peculiar e intensa personalidad
entre lo castellano y andaluz, no escapó a este deicidio incontrolado de quema
de imágenes, de saqueo y destrucción masiva de su tesoro artístico cofrade.
Como otras ciudades de su entorno, de Andalucía y del resto del territorio
nacional, pasado el periodo bélico, Úbeda -sus cofrades mecenas- hubo de
recomponer el legado recibido siglos atrás que en este tiempo de aciago
recuerdo fue indignamente arrasado.
Aunque desgraciadamente, habiendo
buenos escultores en Úbeda en tiempos de la Posguerra, renovando el tesoro
artístico cofrade de la ciudad, las fábricas de la iglesias como de San
Isidoro; San Pablo; Santa Clara; Santa María o de la Santísima Trinidad. No fueron atiborradas
de retablos, que ocultasen las paredes frías de estos citados templos. Como
ocurrió en muchas iglesias de otras ciudades, sin ir más lejos, tomamos como
ejemplo los nuevos retablos de los templos mayores renacentistas de San Juan
Evangelista de Mancha Real o San Pedro
de Sabiote, ambos realizados por la escuela de Francisco Palma Burgos.
Así, hacemos hincapié de las
mejoras realizadas en la Iglesia de San Pedro de Sabiote, tras los destrozos de la Guerra
Civil de 1936, ya que su interior fue
enriquecido a partir de 1948, con nuevos retablos, altares, etc… Don Francisco
Palma Burgos el 20 de agosto de 1954 dio por acabado el retablo de estilo
Barroco que preside el altar mayor y el 16 de octubre de 1955 dio por acabado
el sagrario, altar y manifestador.
Desaparecido Retablo de la Iglesia de Santa Clara. Foto de J.L. Latorre Bonachera |
La Iglesia del Convento de Santa
Clara.
Fundado en 1290, es el primer
convento de franciscanas creado en Andalucía y el primero de religiosas que se
instala en la ciudad. En 1489 la reina Isabel la Católica pernoctó en él
durante su viaje de camino hacia el sitio de Baza en la provincia de Granada.
El edificio se articula en torno
a dos claustros, uno más pequeño de estilo mudéjar con reminiscencias
tardorrománicas, y otro mayor reconstruido a partir del siglo XVI. Alrededor de
ambos claustros se distribuyen las distintas dependencias necesarias para la
vida conventual, la iglesia y un gran espacio destinado a huerto. De la
primitiva construcción del siglo XIV, la iglesia conserva la portada principal
de estilo gótico mudéjar. Las dos portadas exteriores son obra del siglo XVIII
en estilo barroco clasicista con algunas resonancias renacentistas. El
monasterio alberga interesantes muestras de patrimonio mueble: pintura,
escultura de pequeño formato, orfebrería y relicarios.
El interior, de la iglesia
conventual fue remodelado a lo largo del siglo XVI, es de planta cuadrada
organizada en tres naves y tres tramos. El coro alto se cierra con cúpula de la
escuela de Andrés de Vandelvira, conserva la sillería, la celosía y restos de
pintura mural originales del siglo XVI. Siglos más tarde, el barroco en Santa
Clara se consolidó entre los años 1755 – 1766. Todos los altares (Capilla Mayor
y laterales) se labran en esas fechas. Lo mismo le ocurre al púlpito. Siendo
Agustín Jurado el tallador de todos estos desaparecidos retablos.
En cuanto, al retablo mayor fechado en 1760 y con la misma autoría de
Agustín Jurado. El mismo estaba compuesto de dos cuerpos y tres calles separadas
por columnas salomónicas y abalaustradas, donde en el centro estaban las
imágenes normales en templos franciscanos y de clarisas como son San Francisco
de Asís, Santa Clara, San Cayetano y San Blas.
En cuanto a la Iglesia del Ex convento de la
Santísima Trinidad.
Todo el conjunto responde a
reedificaciones de la primitiva fundación conventual del siglo XIII que sufre
varios hundimientos a partir del siglo XV. Junto a la iglesia se encuentra el
convento que fue de los Padres Redentores Calzados y del cual se conservan dos
claustros. El mayor, levantado a fines del siglo XVI, repite la estructura de
patio palaciego renacentista de doble galería porticada. El segundo claustro
conserva dos laterales, uno del siglo XVI y otro levantado a comienzos del XIX.
La iglesia reedificada en el siglo XVIII, es
uno de los escasos ejemplos de arquitectura barroca en Úbeda, cuya singularidad
estriba en la utilización de un planteamiento formal y decorativo novedoso,
incluso a nivel provincial, en unos momentos en que los modelos renacentistas
continúan estando muy presentes en la arquitectura de la ciudad. Siendo el
maestro de obras de este templo, Pedro del Rio y que según los expertos en la
materia, sigue los modelos barrocos madrileños.
En el interior, de planta
rectangular de tres naves, destaca la profusión de estucos y yeserías ornamentando
la nave central y la cúpula del crucero. Al exterior, el ornato se concentra en
ambas portadas, organizadas a base de grandes molduras y líneas quebradas de
gran relieve.
El elemento de bien de mueble
perdido más importante, fue el retablo del altar mayor trinitario. Miguel Ruiz
Prieto, los describía de la siguiente manera: “…es amplio y elevado; su altar
es grandioso, de excelente construcción, hecho en 1764, según se consigna en un
medallón que hay encima del tabernáculo, sobre el que se abre un nicho que
ocupa una imagen de la Inmaculada Concepción. Sobre este nicho, hay otro con
una buena imagen del Santo Rey conquistador y fundador de este convento y la
Santísima Trinidad. Su lado derecho está adornado con las efigies de San Juan
de Mata y San Jacinto, y en el izquierdo se veneran las efigies de San Félix de
Valois, rey de Francia. Todo el conjunto es de estilo barroco…”.
Hacemos hincapié de las mejoras realizadas en la Iglesia de San Pedro de Sabiote, tras los destrozos de la Guerra Civil de 1936, ya que su interior fue enriquecido a partir de 1948, con nuevos retablos, altares, etc… Don Francisco Palma Burgos el 20 de agosto de 1954 dio por acabado el retablo de estilo Barroco que preside el altar mayor y el 16 de octubre de 1955 dio por acabado el sagrario, altar y manifestador. Altar Mayor de San Pedro de Sabiote. Foto https://www.verpueblos.com/andalucia/jaen/sabiote/foto/1166593/ |
Ochenta y tres años después de la
Guerra Civil de 1936, la desnudez del testero del altar mayor, de la Iglesia de
la Trinidad, desentona el conjunto barroco de la fábrica. Desde 1963, la
monumental imagen del Cristo de la Expiración, obra de Juan Luis Vasallo,
adorna la escasez artística del altar mayor.
No ocurrió, lo mismo con el testero
del Altar Mayor de Santa Clara, que fue adornado con un retablo moderno de
dudoso gusto.
Antes de finalizar este artículo, tengo que poner de manifiesto mi indignación hacía este tema. Evidentemente las víctimas humanas son lo principal, pero una ciudad nunca debe perder el Patrimonio de toda una vida. No busquemos culpables, quizás en aquel tiempo el amor hacia el Patrimonio y la Cultura de nuestra Úbeda no estaban muy arraigados. Por ello los saqueos a los que se vio sometida nuestra riqueza artística y arquitectónica fueron tan crueles porque no se pensó en las consecuencias posteriores.
Antes de finalizar este artículo, tengo que poner de manifiesto mi indignación hacía este tema. Evidentemente las víctimas humanas son lo principal, pero una ciudad nunca debe perder el Patrimonio de toda una vida. No busquemos culpables, quizás en aquel tiempo el amor hacia el Patrimonio y la Cultura de nuestra Úbeda no estaban muy arraigados. Por ello los saqueos a los que se vio sometida nuestra riqueza artística y arquitectónica fueron tan crueles porque no se pensó en las consecuencias posteriores.
Juan Ángel López Barrionuevo.
Fuentes:
Información del libro en cuestión en la Biblioteca Virtual
de Andalucía:
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