miércoles, 24 de julio de 2024

El Retablo desaparecido, de la Capilla del Camarero Francisco de Vago de la Iglesia de San Pablo de Úbeda







San Pablo de Úbeda, es una Iglesia dotada de gran significación histórica, pues hasta el siglo XV fue el lugar en el que se reunía el Concejo y en el que se custodiaban las certificaciones de linaje de la nobleza de la ciudad. A la fundación original, del siglo XIII, se deben la organización del trazado de su planta, de tipo basilical con tres naves y cabecera poligonal, y la portada tardorrománica de Los Carpinteros. Tras ser arrasada en el siglo XIV, su alzado general se reconstruye durante el XV y el XVI en estilo gótico. 

En el XVI se le incorporan, también, la portada principal, la torre plateresca y una serie de elementos vinculados al carácter celebrativo del espacio urbano en que se encuentra: una galería corrida en la fachada, desde la que se podían contemplar los acontecimientos públicos desarrollados en la plaza, y la fuente monumental adosada al exterior del ábside, como exponente conmemorativo en pleno centro mercantil de la ciudad renacentista, de las obras públicas promovidas por el Concejo. En el interior se conservan excelentes muestras de rejería renacentista, destacando la de la Capilla del Camarero Vago; también llamada de Las Calaveras por su remate en la parte alta. Es una de las capillas más impresionantes de San Pablo, fundada en la primera mitad del siglo XVI por Don Francisco Vago camarero y servidor del Obispo Don Alonso Suárez de la Fuente del Sauce del que hemos hablado en varias ocasiones. Es plenamente plateresca y hoy tan sólo voy a poner unas imágenes que pueden dar una idea de su belleza. Añadir, por último, que la reja, de muy buena factura, es de Juan Álvarez de Molina decorada con la heráldica del fundador que nos viene a indicar hasta qué punto este hombre era seguidor y admiraba a su obispo.




El desaparecido retablo de la Capilla del Camarero Vago de la Iglesia de San Pablo

Vamos a adentrarnos en la capilla que tenía elementos importantes y que se perdieron en su tiempo como el retablo, se trataba de un retablo plateresco, desaparecido en 1936, y realizado en 1538 -a juicio de Camón Aznar- por artistas italianos. No obstante, desconocemos la identidad de sus artífices ya que no ha sido posible hallar el contrato en que dejaron estipuladas las condiciones respecto al material traza, iconografía precios y el plazo de entrega. 

La composición, trazas y medidas de las maderas, debieron correr a cargo de un maestro ensamblador o de un <arquitecto> denominación que también solía aplicarse al primero. Las trazas no son monumentales, pues se adaptan a las reducidas dimensiones de la capilla. El escaso realce y la poca claridad de sus líneas arquitectónicas configuran el marcado horizontalismo de sus cuerpos. De esta forma, nos encontramos ante un típico retablo plateresco, fragmentado en un tradicional sistema de casillero, y compuesto de un pequeño banco, cinco calles y dos cuerpos.  

El esquema general tiene forma de rectángulo vertical, y la planitud del fondo del retablo resulta compensada mediante el resalte de sus extremos a modo de entablamento, sostenidos por dos grandes columnas abalaustradas que abarcan ambos cuerpos. Este recurso, además de conferirle un sentido de profundidad, logra unificar todo el conjunto. Finalmente, el remate del retablo, estaba formado a modo de tímpano semicircular.

José Manuel Almansa, acerca de este retablo de la Capilla del Camarero Vago, lo atribuye a Juan de Reolid, quien lo ejecutaría hacia 1545, y nos lo describe de esta manera, … el retablo estaba constituido por dos cuerpos horizontales y coronado con un ático semicircular. Esos cuerpos estarían subdivididos en cinco calles enmarcadas por columnas abalaustradas, ubicándose dos nichos en los cuerpos laterales.


La calle central del primer cuerpo, ubicada sobre un friso de grutescos, mostraba un relieve del Santo Entierro de Cristo, acompañado por dos sibilas de bulto redondo ubicadas en hornacinas. A la izquierda se ubica una imagen de la Caridad, representada con su iconografía clásica, y a la derecha habría de ubicarse la imagen de la Justicia, siguiendo el esquema de la portada principal de la capilla. En la calle central del segundo cuerpo aparece una tabla que representa a la Virgen con el Niño, y a la izquierda, tras otra tabla de difícil identificación, aparece un Thanatos cobijado en una hornacina, es decir, un niño sosteniendo una calavera, que debió acompañarse en el lado de la derecha por un Eros. Se remataba el retablo con un semitondo en donde se representaba a San Ildefonso, al cual le estaba consagrada la capilla…


Como curiosidad, el relieve del santo entierro de Cristo, es el único trozo superviviente de este retablo, y que curiosamente se halla en la sacristía del baezano templo de San Pablo (Arsenio Moreno, que estudió el retablo en profundidad en su libro Úbeda renacentista, demostró hace unos años la presencia de este relieve en la sacristía de la iglesia de San Pablo de Baeza, en donde fue trasladado tras la Guerra Civil como consecuencia de una confusión a la hora de devolver la obra a su lugar de origen una vez finalizada la contienda. 3 En donde fue trasladado tras la guerra civil, como causa de una confusión a la hora de devolver la obra a su lugar de origen una vez finalizada dicha contienda).

Acerca de este relieve del Santo Entierro, del que anteriormente hemos hablado, único resto existente del retablo de la Capilla del Camarero Vago, fue expuesto en el año 2000, en una importante exposición realizada en la metropolitana catedral del Santo Reino, se ubicó en un principio sobre el dintel de la puerta que da acceso a la sacristía del citado templo baezano


Lástima que tras terminar la citada exposición, ningún ubetense reclamase la devolución de este relieve al patrimonio escultórico de Úbeda. Pero, en fin, es otra historia… -




 


Es falso que todas las obras del patrimonio ubetense desaparecieran en esa gran hoguera realizada en la tarde del 26 de julio de 1936. Muchas piezas se conservaban en su ubicación original hasta fechas avanzadas de la contienda; de hecho, en 1938 tenemos el informe particular realizado por Miguel Campos Ruiz en donde habla de un gran número de obras y del estado de conservación de nuestros templos (haciendo especial hincapié en los bienes de la Capilla del Salvador). Sin embargo, parece que a partir de este momento se incrementa la rapiña y el interés de ansiosos coleccionistas por poseer pinturas y esculturas de especial valor artístico. Agustín Palacios Martínez, nos dice los siguiente: … Al principio de la guerra se trató de hacer un museo en el Palacio del Marqués de la Rambla para que se depositase el material y enviarlo a Madrid; pero lo asaltan. Mientras, Miguel Campos Ruiz y otras fuerzas vivas quieren fundar un museo en San Nicolás, pero no le pueden quitar a los esparteros esta iglesia y, por ello, lo esconden a las espaldas del El Salvador, con unos estadillos que aparecerán cuando acabe la guerra, faltando alguno…

Para el franquismo, la República era la enemiga del patrimonio cultural y de la religión, estaba controlada por los "rojos" y en su territorio dominaba la barbarie, el caos, la iconoclasia y el robo de los bienes patrimoniales. Sin embargo, esta acusación, que mantendría con insistencia machacona durante toda su existencia, escondió durante décadas la labor de salvaguarda republicana de las obras de arte y su destino en la inmediata posguerra. 

Una investigación sobre las devoluciones del patrimonio artístico español durante la posguerra saca a la luz la diáspora de las obras que se dio por parte del régimen franquista. Miles de ellas entregadas en depósito a diferentes instituciones, la falta de un inventario estatal hace imposible su localización actual.

 


Fotografía de 1940 de los agentes franquistas del Sdpan en el depósito de Castellón, en la iglesia de la Casa de la Beneficencia, donde ase localiza la «Virgen de Cabanes», hoy en manos de una empresa


¿Qué hizo el franquismo con los miles de obras custodiadas o evacuadas por la República durante la guerra? Esa es la pregunta que ha resuelto Arturo Colorado Castellary en su libro:  Arte, botín de guerra. Expolio y diáspora en la posguerra franquista de Arturo Colorado (aborda, tras largos años de investigación, la controvertida cuestión de qué ocurrió con las obras de arte salvadas, evacuadas o depositadas en lugares seguros por la República durante la Guerra Civil (1936-1939) y cuál fue su destino en la inmediata posguerra franquista (1939-1945).

En este minucioso estudio da buena cuenta de cómo la devolución del patrimonio artístico español realizada por el régimen terminó con la desviación de multitud de obras que jamás fueron devueltas a sus dueños legítimos. Entre los agraciados, diferentes organismos (civiles y políticos, militares, culturales y centros educativos), pero también la Iglesia, con un patente trato preferente, y algunos particulares que no dejaron pasar la oportunidad de beneficiarse del momento.

 

 


Miliciano Republicano Monta guardia ante el altar de la Virgen de la Paloma en Madrid (Foto Vidal).  

La Iglesia española, la gran beneficiada durante la posguerra. Según el estudio, 3.761 piezas artísticas fueron entregadas en depósito a 35 museos, 2.330 a organismos, y 2.040 a la Iglesia. Esta última institución, erigida como baluarte moral del régimen franquista, tuvo un trato preferente en cuanto a las devoluciones. El propio Colorado lo define como una compensación a la Iglesia por las múltiples pérdidas ocasionadas durante la Guerra Civil por la "barbarie roja", cuya "propaganda franquista en este sentido ha dejado una huella tan profunda en la mentalidad española que, en principio, a muchos podría parecerles justificado este trato preferente por parte del Sdpan. 

Por otra parte, la Iglesia también obtuvo un regalo de los nazis, que quisieron compensar los daños que habían sufrido durante la guerra. "Les entregaron un conjunto importante de piezas procedentes de Polonia, fundamentalmente orfebrería religiosa. Fue otra manera más de materializar la colaboración entre el nazismo y el franquismo", explica Colorado.

En resumen, ante el peligro que las acciones bélicas suponían para la conservación del conjunto patrimonial español, el Gobierno de la República, a través de la Dirección General de Bellas Artes, creó el 23 de julio de 1936 la Junta del Tesoro Artístico que desde el 2 de agosto comenzó a llamarse Junta de Incautación y Protección del Tesoro Artístico, cuya transformación progresiva derivó en un sistema de juntas destinado a ocuparse de la protección del patrimonio en las zonas bajo su control. Sin embargo, y sobre todo en cuanto a bienes de la Iglesia se refiere, el daño era ya irreparable en la mayor parte del territorio peninsular puesto que la primera semana de la guerra supuso la total destrucción de numerosísimos templos con sus correspondientes archivos y colecciones de pintura, escultura, orfebrería y otros elementos patrimoniales.

En última instancia, se puede considerar que las entregas de las obras de arte por parte del franquismo fueron el botín de guerra del que se adueñó tras su victoria. En muchos sentidos, este expolio franquista tiene paralelismos indudables con el realizado por los nazis en los mismos años. Es el arte como botín de guerra.

 Por Agustín Palacios Martínez, sabemos que Úbeda durante este período no tuvo frentes de guerra, puesto que ambos se encontraban en Alcalá la Real y en la provincia de Córdoba, respectivamente. Por lo que tratará de contarnos cómo fue la vida “normal”, sin un frente de guerra… Comienza el 18 de julio de 1936 con calor y miedo. La gente se echa a la calle para defender la República (especialmente, muchas personas del campo) y para que Úbeda se quede en manos republicanas, empezando a coger resistencia en la ciudad, aunque el secretario Barrios y un montón de gente del Frente Popular se viera desbordada… En Úbeda muere gente de uno y otro bando. Aclara que la Guardia Civil obedecía las órdenes del gobierno  en un primer momento y tuvo un protagonismo alto, mientras que la población de derechas (o no afecta a los republicanos) se encontraba desarmada… Seguidamente, refiere el asalto a iglesias y conventos. No nombrará a todas las iglesias, aunque sí especialmente a algunas, como la de El Salvador, mientras que la UGT se opone a la CNT, remitiéndolos al ayuntamiento para dilatar el asalto que luego finalmente se producirá. También entran y saquean la iglesia de Santa Clara, donde se metieron los refugiados; mientras que en San Nicolás estaba el gremio de esparteros; San Millán fue establo de animales; Santa María, de refugiados; y el Hospital de Santiago se compartió y amplió para los enfermos… 

Con la documentación que ha ido viendo nuestro conferenciante, comprueba que se queman imágenes, libros de misa, ropas, se derriban las campanas…; viendo la prensa “Vida Nueva” concluye que las autoridades permiten que las turbas se fogueen quemando iglesias antes que a personas; aunque antes de su destrucción se logran sacar lingotes de oro y otros productos, afirmando que el frente popular no se queda con nada y que lo remite todo al gobierno republicano de Valencia. Hay que tener en cuenta que no se destruye todo: los bancos de iglesia sirvieron para las escuelas; lo que sí queman son las sillerías con el fin de tener más espacio… Al principio de la guerra se trató de hacer un museo en el Palacio del Marqués de la Rambla para que se depositase el material y enviarlo a Madrid; pero lo asaltan. Mientras, Miguel Campos Ruiz y otras fuerzas vivas quieren fundar un museo en San Nicolás, pero no le pueden quitar a los esparteros esta iglesia y, por ello, lo esconden a las espaldas del El Salvador, con unos estadillos que aparecerán cuando acabe la guerra, faltando alguno. Nos habla de la columna del general Miaja que viene desde Albacete y pasa por Úbeda, procesionando las tropas por la calle Trinidad, General Saro, Mesones y Paseo del León para inyectar moral al pueblo. Y cuenta una anécdota interesante, revelada por Antonio Millán Sánchez: mientras que los soldados estaban divirtiéndose, se pierden las llaves de contacto de los camiones, porque las roba un niño y las tira al pozo de su casa como represalia por tener a su padre preso; por lo que la comitiva militar tarda en volver a emprender la marcha ya que necesitan coger mecánicos que puenteen los motores para volverlos a arrancar. La noche del 30 al 31 de julio del 1936, la policía estaba protegiendo la segunda cárcel de Úbeda que se encontraba en “La Casilla”, bajo el reloj, mientras que un grupo de incontrolados asalta la cárcel de la Avenida de la Libertad y mueren 50 personas… La segunda noche pretendían asaltar “La Casilla”, pero las mismas fuerzas republicanas logran meter a los presos en un camión, trasladándolos a Jaén para que allí fuesen defendidos. Se prohíbe a la gente que hable de la guerra y del asalto a la cárcel y se retiran las radios; también se incautan de forma legal pisos o casas, alegando diversas funciones o excusas: acuartelamiento, refugiados… Nos habla de la XXV Brigada Mixta que contaba de un batallón de voluntarios de Úbeda, Batallón Stalin de Baeza, etc., y que tenía cuatro batallones, y contaba con muchos servicios: ferreteros, ametralladoras, motoristas y ciclistas, etc. Tenía un peso específico en la guerra civil, aunque iban sin preparación militar, pues con un poco de instrucción ya estaban listos para el frente de Córdoba, Alcalá la Real y Alcaracejos, para luchar contra la formación de Queipo de Llano y así alargar la guerra. El objetivo era frenar el avance de las tropas franquistas, pues se pensaba que Queipo de Llano iba a conquistar Córdoba y Jaén; pero este objetivo se frustró y el ejército nacional tuvo que virar hacia Extremadura. A Pozoblanco se le conocía como “Pozonegro” por los cientos de ubetenses que murieron en los combates y los cientos de heridos que trasladan al Hospital de Santiago, muriendo allí (también) mucha gente. La XXV Brigada Mixta funcionó hasta combatir en Levante. Estaba en donde antes se ubicaba el Banco Hispano Americano, hoy Banco de Santander, en la Corredera de san Fernando, y también en la Casa del Jodeño. En Úbeda, se instalaron como campamento militar con varias unidades de caballería, carros de combate, cuerpo de carabineros, campo de aviación en el Donadío… A todos estos militares, la población tenía la obligación de mantenerlos. También estaba en Úbeda la División del IX Cuerpo de Andalucía, que mandaban los militares soviéticos, pues eran los que organizaban el ejército. Y el conferenciante llega a preguntarse: «¿Por qué Úbeda no se bombardeó…?». Aunque hay alguna leyenda popular al respecto, en realidad la razón de que no se bombardee nuestra ciudad en los primeros momentos ni después, tanto por el ejército popular como por el nacional, es que se utilizaban las bombas para los frentes de combate y no se malgastaban en la retaguardia; aunque sí se bombardeó la estación Linares-Baeza, puesto que era un nudo ferroviario importante donde llegaban y partían militares y ejército. Menos mal que no llegó a producirse ningún bombardeo en nuestra ciudad, porque con los refugios tan mal hechos que disponía hubiera sido horrible la matanza que se hubiese producido. Y trae a colación alguno de ellos: Refugio del Mesón Gabino, Ayuntamiento, Trinidad con una gasolinera al lado, etc. ¡Tuvimos suerte al no ser frente y que por eso no nos bombardeasen! 

 EL ASALTO A IGLESIAS Y CONVENTOS EN LA GUERRA CIVIL ESPAÑOLA EN ÚBEDA. Agustín Palacios Martínez. Trabajo Inédito.  





Documentos de la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes, sobre la declaración de Monumento Nacional de las Iglesias de Santa María de los Reales Alcázares, San Pablo y San Nicolás. 

Bibliografía Consultada:

La Capilla Del Camarero Vago de Úbeda. Arte e Historia de Una Fundación. Francisco Jesús Amate Deblas. CajaSur. 1998.

EL ASALTO A IGLESIAS Y CONVENTOS EN LA GUERRA CIVIL ESPAÑOLA EN ÚBEDA. Agustín Palacios Martínez. Trabajo Inédito. 2015

Arte, botín de guerra. Expolio y diáspora en la posguerra franquista de Arturo Colorado. (2021)

La Guerra Civil y el patrimonio ubetense. José Manuel Almansa Moreno.

Fotografías Gentileza:

Jose Luis Latorre Bonachera.

José Manuel Almansa Moreno.

Vidal.

httpswww.cervantesvirtual.comobraescuela-espanola-1186


A continuación, documentos varios de cuando el párroco de la iglesia de San Pablo, durante los años 1940, solicito a la Comisaría General del Servicio de Defensa del Patrimonio Artístico Nacional, la devolución de las obras de arte salvaguardadas de dicha Parroquia, durante los años de la Guerra Civil.











         


lunes, 1 de julio de 2024

Se Inaugura un Nuevo Busto del Alcalde de Úbeda, Don Pedro Sola.

 Juan Ángel López Barrionuevo.


Busto de Pedro Sola, Alcalde de Úbeda, en época Franquista
. Foto Jesús Delgado.


El pasado Domingo 30 de Junio de 2024, se inauguraba el busto dedicado al  que fuera uno de los primeros Alcaldes de Úbeda, durante la Dictadura Franquista, y que tanta labor social  hizo, en aquellos difíciles años . Me estoy refiriendo,  Pedro Sola, en la plaza que lleva su mismo nombre. Este busto viene a completar la remodelación de la plaza que se inició el pasado año. El trabajo ha sido realizado por el artista y cantero José Muñoz, «realizando una gran labor pese a la limitada información sobre las características faciales del Alcalde Pedro Sola», y sustituye a la anterior, que se encontraba muy deteriorada.

Sobre la realización de este busto, su autor,  el artista local Pepe Muros nos explica lo siguiente: "El bloque de piedra utilizado es una piedra milenaria que fue un regalo de una casa del casco antiguo que estaba derrumbada. De ese bloque, con el visto bueno de la Alcaldesa Toni Olivares, pudimos sacar el busto de Don Pedro Sola. Así, no solo el barrio tiene el busto, sino también un trocito del casco antiguo de nuestra ciudad. He querido darle un pulido para darle un toque más moderno, no hacer el tipo de labra antigua donde juegan mucho las texturas con los cinceles, “Por último le he dado una superficie totalmente lisa para que no le quite el protagonismo a lo que es la cara.”

Acerca de  Pedro SOLA MUÑOZ,. nace en Úbeda,  el 13 marzo 1892 y muere en la misma Úbeda,  el  13 noviembre 1953. 

Según Wikipedia,  perteneciente al partido político (FET-JONS) fue el tercer Alcalde de Úbeda, durante el Régimen Franquista, entre las fechas de Febrero y Agosto del año 1941, en segundo mandato desde Mayo de 1946 hasta Febrero de 1949, tras dimitir.

A continuación, le traemos una pequeña Biografía de Pedro Sola, sacada del libro Úbeda Hombres y Nombres realizada por historiador Ramón Quesada Consuegra:

"...Apenas terminada la guerra civil, organizó la primera Comisión Gestora que se hizo cargo del municipio, designado primer teniente de alcalde y presidente de la Comisión de Hacienda del Ayuntamiento, que estaba presidido por D. Alfonso Higueras Rojas (1).

Comenzase a perfilar su personalidad política, logrando sanear la tesorería municipal y organizando su floreciente administración. Su paso por la Alcaldía de Úbeda tuvo dos etapas: la primera del 22 de febrero de 1941 al 23 de agosto del mismo año y que apenas le permitió iniciar su labor en materia de abastos y, sobre todo, sus estudios y proyectos acerca de la traída de aguas potables, necesidad acuciante de la ciudad. En mayo de 1946 y cuando España pasaba por circunstancias muy graves, se enfrentó valientemente con el problema del hambre. Se sobrepuso a todo y comenzó a demostrar de cuanto era capaz. En menos de dos días organizó la Junta de Asistencia Social, con un comienzo feliz: el reparto de más de seis mil comidas diarias. Mas tarde fueron apareciendo el Albergue Escolar, los Comedores de la Hermandad, el Centro de Alimentación Infantil, el Hogar de Niñas "Beatriz Galindo" las casas del patio de Santo Tomás, las brillantes campañas de invierno de Navidad, la creación del Ropero de La Milagrosa, la protección y ayuda a varias comunidades religiosas y la fundación en Linares de un extraordinario internado para niños niñas de Auxilio Social. Fue delegado provincial de Auxilio Social. Pavimentó la Plaza Vázquez de Molina, la del Paseo del Mercado. la reconstrucción de la Casa de las Torres, Casa del Obispo, Palacio de las Cadenas y las obras del Hospital de Santiago. Y su gran ilusión: lograr que Úbeda fuera declarada Ciudad Monumental. Con la ayuda del Instituto Nacional de la Vivienda y la Diputación Provincial, consiguió la construcción de cuarenta casas para empleados municipales en la Colonia del Carmen (2); veintidós para agricultores en el Cristo del Gallo y cien casas tipo "Belén" en el Barrio de San Pedro en 1950 (3). Cedió terrenos para la construcción de un silo, para la nueva estación del tranvía de La Loma y cooperó en la idea del P. Rafael Villoslada para la construcción de las que serian Escuelas Profesionales de la Sagrada Familia, ejemplo en su clase. Hizo resurgir la Biblioteca Pública Municipal, salvó el magnífico Archivo de Protocolo, ayudo a la publicación de la revista " Úbeda", inició las fiestas de la poesía y logró despertar el interés por Úbeda de tan eminentes personalidades como Eugenio D'Ors, Marqués de Lozoya, Prieto Moreno, Garcia de Pablos, Eugenio Montes y muchos otros. Construyó el Campo Municipal de Deportes <San Miguel", y en 1950 -por fin!-. el abastecimiento de aguas potables a la ciudad, inaugurado el 18 de julio de este año con un caudal de algo más de un litro y medio por habitante y día; escaso pero llave de una gran empresa posterior conseguida por otro alcalde: D Lorenzo Lechuga Vegara (3). En julio de 1953 dimitió como alcalde. "Su gestión al frente del Municipio durante varios años, se hace acreedora a un homenaje de la ciudad*', declararía el gobernador civil. Su entierro constituyó la más imponente y sentida manifestación de duelo hasta entonces en Úbeda conocida..."

(1). (Biografia).

(2). En 1978, en sesión del Pleno del Ayuntamiento de Ubeda celebrado al efeto, se acordó denominar las calles de esta barriada con los nombres de " Almeria", "" Cådiz", ""Målaga", y "Sevilla"

(3). El proyecto de viviendas para el Barrio de San Pedro fue de scO para productores en plan quincenal.Se construyeron las cien primeras, para las que se adquirieron solares por valor de 100.000 pesetas. Las obras dieron comienzo en marzo y fueron entregadas a trabajadores sin bienes mediante cuotas muy módicas.


Fuentes: 

Úbeda Hombres y Nombres. Ramón Quesada Consuegra

https://9laloma.tv/noticias/ubeda/2024/07/01/inaugurado-el-busto-dedicado-al-alcalde-pedro-sola-en-la-ciudad-de-ubeda/


lunes, 6 de mayo de 2024

Sacra Capilla de El Salvador de Úbeda. El Antiguo zócalo de mármol de la Reja.

 

Sacra Capilla de El Salvador de Úbeda. El Antiguo zócalo de mármol de la Reja.

Juan Ángel López Barrionuevo.



La reja de la Sacra Capilla de El Salvador de Úbeda, es una obra esencial de la forja del siglo XVI en España. Fue encargada por don Álvaro de Mendoza, obispo de Palencia y hermano de doña María, viuda de don Francisco de los Cobos, a instancias de ésta, a los maestros Francisco de Villalpando y Francisco Martínez en 1555. Divide simbólica y físicamente la rotonda de la capilla mayor, conformada como panteón y espacio más sagrado, del cuerpo de la iglesia, espacio para los fieles.

Esta reja tiene, en principio, como características: «el hecho de que la reja arquitectónica pasa a ser principio constante de la arquitectura, uniendo a la idea de muro aislante (función arquitectónica) la de la permisibilidad de la visión y del paso de la luz (finalidad rejera)»

Presenta dos cuerpos rematados por una crestería. El bajo aloja una puerta central de dos hojas con la inscripción “Soli Deo Honor et Gloria” y desarrolla en la parte baja un mensaje protector sobre el espacio funerario mediante cabezas de leones entre cestos frutales de los que surgen un cráneo y un querubín, elementos repetidos en distintos lugares de la iglesia en relación con la muerte y la vida.

En el arranque de los balaustres aparecen tondos por parejas que aluden a la Antigüedad a través de las efigies de Augusto y Livia, Julio César y Cleopatra, Trajano y Plotina y Alejando Magno y Rosana además de las alegorías de la Fortuna, una mujer desnuda, y la Abundancia, una mujer vestida portando un cuerno de frutos.

La crestería presenta un rico follaje entre el que aparecen otros cuatro tondos, con la Fe y la Esperanza en el lado de la Epístola y la Justicia y la Caridad en el del Evangelio, virtudes que un caballero cristiano debe poseer para alcanzar la vida eterna.

El remate central sobre la puerta muestra un tondo con el escudo de don Francisco y doña María rematado por una Exaltación de la Santa Cruz surgiendo de un jarrón de frutos.

Para Montes Bardo la reja, concebida arquitectónicamente, encierra un mensaje que se corresponde con el de la fachada principal y que vendría a significar que “de la muerte se transita a la vida que no acaba”. A nuestro entender la iconografía aquí desplegada se corresponde con el expreso deseo de Cobos reflejado en los Estatutos en los escribe que “deseando poner mi ánima en buen estado y trocar los bienes temporales por los espirituales...”, intenta alcanzar la Vida Eterna, sin importarle las dignidades que la fortuna le ha deparado a lo largo de su vida; ello lo conseguirá a través de las Virtudes que como caballero cristiano ejerció, es decir, Esperanza, Justicia, Caridad y Fe. Por eso mismo solamente Dios merece Honor y Gloria.

Lo que queda del zócalo original se encuentra almacenado en una edificación anexa de la Sacra Capilla, todos los bloques se encuentran incompletos, en algunos casos con pérdidas superiores al 20 %, fragmentados, y con la superficie completamente erosionada y con fisuras tanto en el interior como el exterior. Foto MINISTERIO DE EDUCACIÓN, CULTURA Y DEPORTE



Según palabras de la restauradora del Ministerio de Cultura Paz Ruiz Rivero sabemos, acerca de la reja: Durante la Guerra Civil de 1936 se desmontó, utilizándose la iglesia como garaje o taller mecánico. Terminada la guerra fue recuperada en Hendaya (Francia) y se colocó de nuevo en la década de los cuarenta. Durante este periodo de tiempo la reja perdió el travesaño inferior de hierro. El zócalo de mármol rojo fue arrinconado y posiblemente alguno de sus elementos fue reutilizado...

Cuando colocaron de nuevo la reja lo hicieron sobre un zócalo de mármol blanco utilizando como columnas los capiteles de las columnas del patio del Palacio de los Cobos y con restos del sarcófago de mármol blanco del Oratorio de San Juan de la Cruz, realizado a principios del siglo XX por los hermanos Boluda y dañado en la Guerra Civil (según testimonio de uno de sus nietos Paco Herrador Boluda). Se desconocen los motivos que tuvieron para realizar este nuevo zócalo.

Cuando colocaron de nuevo la reja lo hicieron sobre un zócalo de mármol blanco utilizando como columnas los capiteles de las columnas del patio del Palacio de los Cobos y con restos del sarcófago de mármol blanco del Oratorio de San Juan de la Cruz, realizado a principios del siglo XX por los hermanos Boluda y dañado en la Guerra Civil (según testimonio de uno de sus nietos Paco Herrador Boluda). Se desconocen los motivos que tuvieron para realizar este nuevo zócalo.


Este sepulcro estuvo colocado en el Oratorio de San Juan de la Cruz hasta que se destrozó. Fue sustituido por el actual que hiciera Francisco Palma Burgos. La obra se finalizó en 1927 y la llevaron a cabo los hermanos Boluda, marmolistas. Restos del mismo, forma  parte en la actualidad del zócalo de mármol de la reja de la Sacra Capilla de El Salvador. Foto José Luis Latorre Bonachera


Lo que queda del zócalo original se encuentra almacenado en una edificación anexa de la Sacra Capilla, todos los bloques se encuentran incompletos, en algunos casos con pérdidas superiores al 20 %, fragmentados, y con la superficie completamente erosionada y con fisuras tanto en el interior como el exterior.

Bibliografía Consultada

Informe sobre la conveniencia de intervenir en el zócalo que sustenta la reja de la Iglesia de el Salvador de Úbeda.

Paz Ruiz Rivero restauradora. Iphe. Año 2005

LA SACRA CAPILLA DE EL SALVADOR DE ÚBEDA: ESTUDIO HISTÓRICO ARTÍSTICO, ICONOGRÁFICO E ICONOLÓGICO 2014

Francisco Javier Ruiz Ramos

 

Fotos de Gabriel Delgado Juan

José Luis Latorre Bonachera

MINISTERIO DE EDUCACIÓN, CULTURA Y DEPORTE

Juan Ángel López Barrionuevo

lunes, 29 de abril de 2024

Datos Curiosos sobre Las Capillas Hornacinas de la Sacra Capilla de El Salvador

 

Datos Curiosos sobre Las Capillas Hornacinas de la Sacra Capilla de El Salvador

Interior de la Sacra Capilla de El Salvador años 1930


Juan Ángel López Barrionuevo.

La Sacra Capilla del Salvador del Mundo es un templo construido bajo patrocinio de Francisco de los Cobos como panteón anexo a su palacio de Úbeda. Formaba parte de un extenso programa artístico compuesto de Palacio, Universidad y Hospital que representaban la fortuna y gloria que alcanzó el secretario.

El Salvador fue la empresa más ambiciosa de toda la arquitectura religiosa privada del Renacimiento español. Declarado Monumento Histórico-Artístico en 1931 y Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 2003.

El interior fue diseñado en su mayor parte por Diego de Siloé como templo funerario, con una gran rotonda y una nave añadida, quedando la rotonda para los nobles, y la nave para el pueblo.

 

Siloé conjuga en la planta una grandiosa y simbólica rotonda de forma circular, inspirada en el Santo Sepulcro de Jerusalén, y un rectángulo que forma una nave longitudinal que recuerda a las basílicas romanas.

La parte basilical está dividida en tres tramos cubiertos por bóvedas vaídas y decoradas con falsos nervios. Cada tramo está delimitado por columnas corintias de orden gigante sobre pedestales que albergan capillas-hornacinas entre sus contrafuertes. En las capillas había esculturas, reliquias, orfebrería y pinturas mayoritariamente procedentes de Italia donadas por su fundador que, o bien fueron destruidas en la Guerra Civil o trasladadas a otros lugares.

Muy poco se ha hablado de estas capillas-hornacinas, tan solo tenemos datos gracias a las aportaciones, de los historiadores Campos Ruiz, Miguel Ruiz Prieto, Juan Pasquau, Juan Ramón Martínez Elvira y José Manuel Almansa.

 


Detalle Grupo Escultórico de la Oración en el Huerto


– Comenzamos con la primera, que se sitúa en la nave del Evangelio, es la antigua Capilla de Nuestro Señor de la Oración en el Huerto o Capilla de Nuestra Señora de las Angustias: Por Juan Ramón Martínez Elvira, sabemos lo siguiente: …Cerrado el Hospital de Santiago, pasó la cofradía de Jesús en el Huerto, a la Capilla del Salvador, tras solicitar el debido permiso al Duque de Medinaceli y Alcalá, don Rafael de Medina Villalonga, patrono de la fundación. La autorización fue concedida mediante carta fechada en la Casa de Pilatos de Sevilla el 2 de mayo de 1979. Era por entonces su capellán don Cristóbal Cantero, quien, junto al escultor don Juan Luis Vassallo, también consultado, opinó favorablemente acerca de la instalación de las imágenes con sus tronos en dicho lugar, desde donde hicieron su primera salida en 1980. En la autorización citada se destinaban a las imágenes las dos capillas más próximas puerta principal, pero al tener este escalón (por situarse su suelo en un nivel superior), tanto el grupo del Señor como la Virgen acabaron instalados en los nichos-capilla inmediatos a la reja: el del Señor, a la izquierda; el de Nuestra Señora, a la derecha. Sin embargo, bien pronto la ubicación de la cofradía en el Salvador comienza a ser precaria, pues ya en 1982 se hablaba que por reparaciones en el Salvador había que llevarse los tronos de allí, lo que, finalmente, no se efectuó. La desaparición de don Cristóbal, que se había mostrado siempre favorable a la cofradía y la indiferencia del nuevo capellán minaron el ánimo del Duque de Segorbe, don Ignacio Medina Fernández de Córdoba, sucesor de don Rafael, su padre, en el patronato de la Sacra Capilla. Existía además la condición, reflejada en la carta referida, de que los tronos e imágenes se guardarían en el Salvador mientras durasen las obras en el Hospital de Santiago. Por todo ello, el nuevo patrono empieza a exhortar desde 1990 a que los tronos e imágenes la abandonen, lo que se hizo, definitivamente, en la primera quincena de junio de 1994, en que se desmontan las tallas y el trono de la Virgen tronos se llevan a la Casa de la Cofradía. El del Cristo se trasladó a Priego para su restauración. No obstante, en 1995 volvió a salir del Salvador -por última vez-, pese a tener ya sede en San Pablo…

Gracias a Almansa Moreno, acerca de esta capilla, aquí estaba la Piedad de Sebastiano del Piombo (actualmente en depósito en el Museo del Prado, Madrid), «cuya imagen pintada en una gran piedra de mármol negro, regalo del gran patrono D. Baltasar de los Cobos, es de sobresaliente mérito y se halla colocada en el testero, encima de una pequeña puerta que da paso a la Sacristía y parte de la iglesia, separada por la verja»[1]. Sabemos que esta pintura fue una donación que Ferrant Gonzaga realiza a Cobos hacia 1539 y que ya aparece en el inventario de 1563 como «otro grande de nuestra señora con su hijo en braços».

Sin embargo, cuando Ruiz Prieto visita la Capilla nos dice que «el moderno altar, que hoy tiene la advocación de San Juan Nepomuceno y también de los Reyes, lo adorna un cuadro del Santo muy moderno y de escaso mérito». Todo parece indicar que la pintura de la que hace mención es la realizada por José Lucas García Espantaleón en 1797, al que se le habían encargado dos pinturas «que se han de colocar en los dos Retablos que se están haziendo para la misma Sacra Cª. […] de dos varas menos tercia de ancho, zinco pies de Rey, y de alto tres varas […] el primero de Sn. Juan Nepomuzeno incado de Rodillas con el Ropage de Canónigo de Praga en Bohemia, estola encarnada, y cruz pendiente del cuello, pequeña, con su Cruzifijo en la mano, elevada mirando un Rompimt. de Gloria, con dos Angeles, vestidos, el uno con el laurel del martirio, y otro con la Palma, diferente adorno de Serafines; un lexos donde se demuestre el Río Moldava, tendido el Sto. sobre las aguas que corren por bajo de los Arcos de un Puente, con las Zinco Estrellas que rodeaban su Cabeza, y descubrieron su santo cuerpo, que arrojaron della los ministros de el Rey Wenceslao, asomados estos en ademan de admirar al qe. contemplavan ahogado y sumergido en sus corrientes». También nos informa el contrato que los retablos los estaría ejecutando por aquellos meses el tallista jiennense Gregorio Manuel López.

Finalmente, mencionar que sobre la hornacina aún se pueden ver una moldura floral, que serviría para enmarcar «un tríptico (cuadro a la romana, como se dice en los inventarios antiguos), donde está pintada la Virgen de las Angustias, en la tabla central, y en las laterales dos figuras que parecen un rey y San José» del que habla Ruiz Prieto. Sobre esta pintura, posiblemente se trate del tríptico que en el inventario de 1568 figuraba como «otro pequeño de la quinta angustia con sus puertas»[2], y que Diego Angulo lo identificaba como obra de Pieter Coecke y que, hacia 1930, se encontraba en paradero desconocido.[3]






A continuación, nos situamos ante la Capilla de las Ánimas, se localiza en el lado de la Epístola, a los pies del templo y cerrada con una verja de madera con restos de molduras vegetales (posiblemente del siglo XVII), por Juan Pasquau[4], sabemos que en este lugar se produjo, el proceso de beatificación y canonización que comenzó en 1627 y concluyó en 1730, de San Juan de la Cruz. Fue beatificado en 1657 por el papa Clemente x y canonizado en 1726 por Benedicto XIII.

Antaño esta capilla era conocida como del Santo Cristo de la Caña, «por la efigie que lo representa, que es de talla, labrado en Caña de Indias, bastante bien hecho». Todo parece indicar que se trataría de un crucificado, pues aún quedan los restos de los anclajes de la imagen (en la parte central de la capilla-hornacina central), así como restos de pinturas en el muro en donde, a pesar de su mal estado de conservación y estar muy oscuras, se reconocen las figuras de la Virgen María acompañada por María Magdalena a la izquierda y San Juan a la derecha[5]. En el intradós del arco aún se conserva una abigarrada ornamentación vegetal, igualmente en mal estado de conservación.

Como comentaba Ruiz Prieto, «en otros tiempos estaba esta capilla lujosamente adornada, con otro altar y cuadros notables, que hoy no existen, entre ellos un San Francisco del Ticiano, de incalculable mérito que no hemos podido averiguar dónde fue a parar». Entre esas obras, se podrían localizar un cuadro de la «Natividad de Cristo» atribuido a Pedro de Orrente (regalado por el capellán Cuevas) y un cuadro de «Santa Rosalía» que ya en tiempos de Ruiz Prieto se exhibirían en la sacristía.






Primera al lado del Evangelio, tenemos la Capilla de San Gregorio: de ella decía Ruiz Prieto que no existía nada que llamara la atención.

Todo hace pensar que aquí se ubicaría el segundo retablo y la pintura realizados por Gregorio Manuel López y José Lucas García Espantaleón. En él se representaría a San Felipe Neri «incado de Rodillas sobre la Grada de un Altar vestido de sacerdote, con Casulla encarnada, e imitando al oro, en ademan de admirar la Ymagen de Dolores qe. se le apareze al tiempo de ir a decir Misa, que cubra el mismo Altar, y al lado dos Ángeles, el uno con el Bonete, y el otro con un Ramo de Azuzenas símbolo de su Castidad, y pureza, y lasª. Rodeada de Angeles, y Serafines».

Al igual que en la anterior capilla, aún existe la moldura floral que enmarcaría un tríptico «que representaba el descendimiento de la Cruz, por lo que este altar y capilla se llamaba de la Santa Cruz; se llevó el tríptico a la Sacristía y se puso otro que representaba a Nuestra Señora de los Ángeles, con otras dos imágenes en los lados», y que Angulo Iñiguez identifica como obra del Maestro de las figuras de medio cuerpo.

Como ya se mencionó anteriormente, en esta capilla recibió culto desde 1979 hasta 1994, la imagen titular de la Virgen de la Esperanza, de la Cofradía de La Oración en el Huerto.




Por último, en el lado del evangelio, a los pies del templo, tenemos la Capilla de la Virgen de Belén: igualmente en mal estado de conservación, está delimitada por una verja de madera de idénticas características a la capilla del Cristo de la Caña (que se encuentra frontalmente a ésta). En la actualidad existen restos de cortinajes que enmarcarían un retablo, en donde se localizaría el lienzo de la Virgen de Belén, «y un Ecce-homo de bastante mérito, que la tradición supone fue regalado por D. Juan de Austria al Marqués de Camarasa, D. Baltasar de los Cobos y Luna, y que en el año 1696 se trajo a esta iglesia».





Biografía Consultada:

Semana Santa en Úbeda. Juan Ramón Martínez Elvira. Unión de Cofradías de Semana Santa de Úbeda. Graficas Minerva. Año 2010.

Biografía de Úbeda. Juan Pasquau. Asociación Pablo de Olavide. 1982

Ruiz Prieto, Historia de Úbeda; Historia Eclesiástica. Edición digital. Asociación Alfredo Cazaban.

ANGULO ÍÑIGUEZ, Diego. «Los trípticos de El Salvador». Don Lope de Sosa, nº 206, Febrero, 1930.

CAMPOS RUIZ, Miguel. «Úbeda. La Sacra Capilla del Salvador». Don Lope de Sosa, nº 35, Noviembre 1915.

El mecenazgo del marquesado de Camarasa en el siglo XVIII. La ornamentación de la Sacra Capilla del Salvador, Úbeda José Manuel Almansa Moreno Universidad de Jaén.

Gabriel Delgado Juan.

Juan Ángel López Barrionuevo.



[1]             RUIZ PRIETO, M. Op. Cit., pp. 195-196. Actualmente el altar está presidido por una reproducción hecha en porcelana de la Piedad.

[2] A.H.M.Ú., F.P.N., Antón de Cazorla. Leg. 995, flos. 170-189. Úbeda, 4-XII-1568 [En] RUIZ RAMOS, Francisco Javier. La Sacra Capilla de El Salvador de Úbeda. Estudio histórico-artístico, iconográfico e iconológico. Úbeda: Asociación Cultural Ubetense «Alfredo Cazaban Laguna», 2011, p. 16

[3] ANGULO ÍÑIGUEZ, Diego. «Los trípticos de El Salvador». Don Lope de Sosa, nº 206, Febrero, 1930. Los trípticos a los que se refiere el historiador eran «La Adoración de los Reyes» de Joos van Clef o Cleves o de su taller, «El Santo Entierro» del Maestro de las figuras de medio cuerpo, «La Virgen de la Manzana» atribuido al Maestro de la Santa Sangre, así como «La Adoración de los Reyes» y «El Calvario» de Pieter Coecke. De este pintor existe constancia de una tabla con el mismo tema, que actualmente se conserva en la Casa de Pilatos de Sevilla.

[4] En una de estas capillas se reunió el tribunal eclesiástico que incoó el expediente de canonización de San Juan de la Cruz; en la misma en que se veneraba el Cristo de la Caña, de procedencia sudamericana(siglo XVI), ...

 

[5] En el centro de la capilla se conserva un pequeño nicho avenerado, posiblemente construido en el siglo XVI, y posteriormente ocultado por la ornamentación barroca.